ARTICULISTA INVITADO:MARCO AGUIRRE

MISTICOS Y TERRENALES
• Los senatoriales posibles
• La contienda por la gubernatura

Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Hoy más que nunca, las contiendas electorales son construcción de imagen para un fin posterior. Así, entre los posibles candidatos al Senado, están también quienes pueden ser los candidatos a la gubernatura para el 2016, que aunque se ve lejano, desde ahora se trabaja con ese fin

En estas elecciones los votantes, los terrenales pues, van marcando su tendencia de votar y seguir al candidato, al místico que quiere llegar al siguiente nivel, que les parece mejor.

Pero los que pueden ser candidatos al Senado enfrentarán también fuerzas en contra de miembros de sus mismos partidos, por parte de quienes también aspiran a la silla gubernamental y no quieren que ganen para precisamente ser ellos quienes jueguen.

Por ejemplo, entre quienes buscan la candidatura por el PAN, puntean Julen Rementeria y Alejandro Vásquez Cuevas, pero aún cuando logren la postulación tendrán en contra a los Yunes panistas, porque saben perfectamente que si ellos llegan al Senado, la candidatura para alguno de los tres estará más que difícil.

Tanto Julen como el “Pipo” Vásquez Cuevas tienen la seguridad de obtener el triunfo en la selección interna de candidatos al Senado por parte de su partido, aún cuando la estructura de la Secretaría de Desarrollo Social en el estado se ha mantenido más que activa para apoyar la imagen de Fernando Yunes Márquez hacia el Senado y de paso las de los otros candidatos de los Yunes hacia las postulaciones a la diputación federal.

Pero de entrada, la posibilidad de que Fernando Yunes obtenga la postulación se ve bastante lejana, tanto que algunos políticos que el año pasado apoyaron a Miguel Ángel Yunes Márquez se le acercan ahora a Héctor Yunes, incluso en posiciones privilegiadas, lo que hace decir a algunos priistas que esto es una muestra de que los rumores que corrieron en el 2010, eran reales, y que por lo mismo era que se daba la resistencia para que el Yunes priista de Soledad de Doblado fuese postulado.

Y las cercanías se mostraron en toda su visibilidad en una reunión que tuvo la Fundación Colosio con los casi-candidatos priistas al Senado.

A Héctor Yunes ya lo pusieron en el segundo lugar de la fórmula y como suplente le quieren poner a Ericka Ayala, para que en caso de que el PRI no logre la mayoría necesaria para que sea Senador, la ahora secretaría general del PRI también quede fuera de la posibilidad de competir por la Presidencia Municipal de Xalapa en el 2013.

¿Y quienes quieren que Héctor Yunes quede fuera del Senado?.

Pues esos que se sienten ofendidos porque ahora jala a los que antes fueron yunistas azules y en contraparte abre la puerta al rumor confirmativo de que su apoyo político no estuvo en el 2010 completamente en su partido.

Rumores, pues, que generan los místicos para buscar modificar las tendencias de los terrenales, o para convencer a los místicos de mayor rango de que el “grillado” no merece la candidatura.

Pero también están con quienes Héctor Yunes y Ericka Ayala se enfrentaron y confrontan por la disputa de la candidatura a la presidencia municipal de Xalapa, en directo, pues, Reynaldo Escobar, y en indirecto quienes apoyan al exsecretario de gobierno.

Héctor Yunes, según rumores, sigue sin conformarse con ser el segundo en la lista, quedando en primer sitio José Francisco Yunes Zorrilla.

Pepe Yunes, al igual que Héctor, sufrirá el embate de los nietos de la fidelidad (los duartistas, más claro) que aspiran a la posibilidad de ser postulados a la gubernatura en el 2016, porque lo ven muy cerca de la nominación, de llegar a ser Senador.

Hace seis años, Pepe Yunes se quedo en la línea cuando el PRI perdió la elección federal en Veracruz y al Senado llegaron el perredista Arturo Herviz, el entonces convergenteDante Delgado y el panista Juan Bueno Torio.

De hecho, si Pepe Yunes pierde esta elección sus aspiraciones gubernamentales estarán más que enterradas.

Paradójicamente Pepe Yunes lleva en contra también a su compañero de fórmula, quien busca desarrollar la campaña electoral por su cuenta, para hacer crecer su nombre, precisamente.

La mejor muestra del grado de separación que tienen es que cada uno maneja boletines de prensa por separado, y ambos carecen de una estrategia de campaña particular y mucho menos conjunta, como la que en cambio manejan de forma incipiente los aspirantes panistas.

Entre los perredistas, la probabilidad de ocupar las postulaciones al Senado están para Roselia Barajas y Elias Miguel Moreno Brizuela, la primera cercana a Andrés Manuel López Obrador, al grado de que cuando fue diputada tuvo el apoyo del casi-candidato presidencial por segunda ocasión; en cambio Moreno Brizuela tiene todo el respaldo del jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard.

Aquí la cuestión es más que nada el lugar en el que pueden quedar en las candidaturas.

De ambos, Elías Miguel ya ha sido más que mencionado para buscar la candidatura gubernamental en el 2016, y con tal posibilidad los juegos en contra le pueden llegar por parte de los integrantes de su partido que también quieren esa nominación.

Uno de los contrarios al cardiólogo es el senador saliente Arturo Herviz Reyes, quien puede buscar la nominación en el 2016; otro de los que puede estar en contra es el doctor Armando Méndez de la Luz, quien aún podría postularse al cargo en la próxima contienda.

Pero igualmente están los ambiciosos exdirigentes perredistas que piensan que pueden llegar, sobre todo si tienen el flujo de recursos que tuvieron en el sexenio pasado, y que se asegura que aún persiste en este sexenio.

En fin, que la campaña al Senado en este año no será miel sobre hohuelas para los candidatos al Senado.

Y la posibilidad de mantenerse como místicos se les reduce en la medida en la que sus pleitos internos con sus compañeros de fórmula, reales o posibles, se mantienen.

Todos, absolutamente todos, deben mantener la vista en que hoy los terrenales votan más por el candidato que por el partido y que lo que quieren es escuchar propuestas concretas y realizables, no cartas de buenos deseos como las presentadas por algunos aspirantes.