lunes, 7 de mayo de 2012

ARTICULÍSTA INVITADO:HÉCTOR YUNES LANDA





La educación debe ser nuestra fortaleza para el futuro.


Al hacer la revisión sobre las condiciones de la educación en México para trabajar los aspectos de nuestra propuesta legislativa en materia educativa, nos topamos con cifras realmente alarmantes que nos deben poner en la mayor de las alertas a todos los ciudadanos de este país, sobre todo ahora que tenemos frente a nosotros la elección federal 2012, que ofrecerá la mejor oportunidad a los mexicanos para poder cambiar la triste realidad del grave rezago educativo que padece nuestro país.
Son diversas las fuentes informativas e indicadores que señalan este atraso que debemos encarar porque está de por medio el futuro de la nación mexicana; es inaplazable cambiar el rumbo, porque nuestra sociedad no puede seguir hundiéndose frente al crecimiento educativo de muchos países con los que tenemos que competir en el mundo globalizado. 
En el año 2010, después de una década de evaluaciones de la calidad de la educación, México siguió ocupando el último lugar de desempeño entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El país se encuentra casi 100 puntos por debajo de naciones como Corea del Sur, Finlandia, Canadá, Japón y Suiza. Al tomar como base los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), México ocupó el lugar 48 de entre 65 naciones, 33 de las cuales pertenecen a la OCDE, en las áreas de lectura, matemáticas y ciencias.
En la medición 2010 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (CONEVAL), 23.2 millones de personas que corresponden al 20.6% de la población mexicana se encontraron en rezago educativo. ¿Cuál es el impacto  de esta condición? En principio tenemos que cuatro de cada 10 personas mayores de 15 años están en situación de rezago educativo; esto tiene varias significados, por ejemplo, que no concluyeron sus estudios de educación básica, que son analfabetas o que no terminaron la primaria o la secundaria; esa situación los hace enfrentarse en condiciones muy desventajosas en el mercado laboral, lo cual evidentemente se refleja en una baja percepción salarial.  
Pero además trae aparejadas otros rezagos sociales pues también carecen de los conocimientos indispensables para procurarse formas de vida saludables como elegir alimentos al comprarlos, lavarse las manos, los dientes o hervir el agua.
Una situación sumamente grave que está abonando a la violencia e inseguridad que vivimos, es que quienes no tienen las condiciones mínimas de desarrollo social, encuentran una desafortunada alternativa en las redes delincuenciales del crimen organizado que está lacerando el tejido social del país.
Esta problemática debe ser atendida cuanto antes si queremos que este país progrese verdaderamente. Es muy injusto que nuestros niños y nuestros jóvenes no cuenten con las condiciones aptas para educarse y alcanzar un mejor futuro.
Más allá de cualquier visión partidista, es indiscutible que los gobiernos del PAN han abandonado la educación de México y muchas otras cosas imprescindibles por privilegiar una guerra sin estrategia en contra de la delincuencia y el narcotráfico, y no se da cuenta de que el principio de la solución a ese y muchos otros problemas está en la educación y en la promoción de la cultura.
La educación es la llave del desarrollo y la puerta hacia un futuro mejor para todos los mexicanos. Tengo muy claro esta posición, por eso ahora en mi búsqueda por el apoyo ciudadano rumbo a la Cámara Alta, destaca mi compromiso de impulsar con toda determinación la Reforma Educativa que tanto le urge a la nación.
Me propongo trabajar con las diferentes variables que han provocado el rezago educativo, porque éste es un problema con muchas aristas que debe ser considerado como tal para poder transformar la realidad, porque la base fundamental de cualquier proyecto de desarrollo es sin duda contar con un buen sistema educativo. Gestionaré más recursos para que haya más escuelas, pero sobre todo, para que estén mejor equipadas; porque de nada sirve que estén las aulas si no tenemos todo el equipo y lo demás que se necesita.
Algo fundamental a tomar en cuenta es a los maestros, pues no es posible imaginar una auténtica Reforma Educativa sin la decidida participación del magisterio. En mi experiencia en el sector público he tenido oportunidad de conocer a infinidad de maestros, conozco sus preocupaciones por incrementar los niveles educativos, pero también sé que ellos por sí solos no lo pueden hacer, existen insuficiencias institucionales estructurales que se deben trabajar en todos los sentidos. Por supuesto que con la participación de todos sí es posible hacer realidad la esperanza de una gran transformación de nuestro sistema educativo, desde luego contando, como siempre, con el compromiso histórico de nuestros maestros, de eso estamos plenamente seguros.
México Necesita un Nuevo Rumbo en la Educación, por eso propongo una lucha por el rescate de este sector desde el Congreso y respaldando al Ejecutivo, planteando trabajar integralmente al lado de nuestros maestros y los padres de familia. Así lograremos una verdadera educación de calidad, que sea la base de un gran porvenir para nuestros hijos, para Veracruz y para la nación.

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