jueves, 21 de marzo de 2013

ARTICULISTA INVITADO:EDGAR PALMA

Carlos Romero Deschamps, una vida de corrupción, traiciones e impunidad.

Visión Política


20 de Marzo de 2013.-Después de la sorpresiva detención y encarcelamiento de la ex líder magisterial, Elba Esther Gordillo Morales; analistas políticos comenzaron a sacar conjeturas sobre los motivos de dicha estrategia del gobierno federal. Para algunos, fue un ajuste de cuentas por parte del Presidente Enrique Peña Nieto, al no haberle perdonado un sinfín de traiciones de la profesora; mientras que para otros, no era más que una estrategia para  legitimar al gobierno federal entrante bajo el paradigma de ser un gobierno anticorrupción, al tiempo que mandaba un mensaje para otros líderes magisteriales, de apoyan las reformas presidenciales o correrían la misma suerte. Sin embargo, para los millones de mexicanos cansados de tanta corrupción, la estrategia no ha sido suficiente, porque aún faltan muchos líderes sindicales que se han enriquecido bajo el amparo de las administraciones federales –llámese PRI o PAN-, entre ellos el perpetuo líder petrolero, Carlos Romero Deschamps.

Carlos Antonio Romero Deschamps, nació el  17 de enero de 1943 en Tampico, Tamaulipas, ha sido diputado federal en tres ocasiones y senador en dos periodos, es miembro activo del PRI desde 1961, donde inició su carrera como coordinador de campañas del PRI en el estado de Tamaulipas. Muchos de sus allegados conocen su verdadera historia, la historia del “Güero Guacamaya”, que después pasó a ser “El Traidor”, después “El Judas” y finalmente, “El Charro Mayor”. Su primer trabajo fue como abonero en Tampico a principios de la década de los 60´s, cuando apenas alcanzaba los 23 años; su segundo empleo fue vendiendo tortas –es decir, era tortero-, en la parte exterior de la refinería El Paraíso, -donde a pesar de tener un tío muy bien colocado dentro del sistema sindical Petrolero Víctor Deschamps, al principio decidió no ayudarlo-. Más tarde, trabajaría en la Gerencia de  Proyectos y Construcción, área separada de la refinería y que trabajaba directamente con contratistas.

No paso mucho tiempo en dicha Gerencia, cuando logró colocarse como chofer y mandadero del ingeniero Ignacio Ramírez, hombre poderoso dentro de la paraestatal, y cuando es transferido su jefe a la ciudad de México, Romero Deschamps también se muda con él -es aquí cuando da inicio su carrera sindical, en la sección 35 del Sindicato Petrolero-. Para ese entonces, logra relacionarse también con Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como “La Quina” y con su segundo a bordo, Salvador Barragán, a quienes servía de chofer y mandadero.

Para ese entonces, Carlos Romero logró lo imposible, ganarse la simpatía del poderoso líder petrolero “La Quina” por ser precisamente paisanos tamaulipecos, y tras una jugarreta que le hizo a un líder sindical –y que además era su supuesto amigo- Héctor Martínez mejor conocido como “El Chaparro”, -quien tenía una fuerte debilidad por las bebidas embriagantes. Romero Deschamps logra desplazarlo y entrar al círculo de cercanos colaboradores de Enrique Hernández Galicia. De aquí le vino su segundo alias “El Traidor”.

La caída de “La Quina”  fue un plan ejecutado durante el primer mes del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, pero lo cierto, es que dicho plan tuvo su nacimiento en el seno del mandato de Miguel de la Madrid, y las cosas empeoraron cuando Salina de Gortari como Subsecretario de Programación y Presupuesto impulso una serie de reformas, las cuales le cerraban la llave al sindicato petrolero, y, en respuesta Galicia Hernández apoyo la publicación de un libro sobre un supuesto  asesinato cometido en casa de los Salinas, cuando Carlos Salinas aún era un adolescente. La gota que termino de derramar el vaso, fue cuando Salinas de Gortari se entera que de dientes para afuera tenía el compromiso del líder petrolero de apoyar su campaña electoral, sin embargo, el voto se lo darían a Cuauhtémoc Cárdenas.

Por su parte, Carlos Romero Deschamps, -ya con cierto colmillo político- decidió no meterse en esta guerra entre Salinas de Gortari y Hernández Galicia, pero sabía que la caída de su líder, protector y amigo sería inminente, y  sabía que en algún momento tendría que tomar partido, y así lo hizo, y fue del lado del Presidente. Salinas autorizó la detención de “La Quina”, en Gobernación, la operación estuvo a cargo de su titular –y ex gobernador veracruzano- Fernando Gutiérrez Barrios, y por el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Antonio Riviello. El ahora líder tuvo un papel estratégico en dicha operación, verificar que su amigo “La Quina” estuviera en el lugar adecuado, su casa, y así fue como se ganó a pulso su tercer sobrenombre “El Judas”.

Después del encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia, y de una dirigencia transitoria, Carlos Romero Deschamps ya despachaba como Secretario General del Sindicato Petrolero, y de ahí en adelante, se dedicó a saquear las arcas sindicales –que obviamente, es dinero público-, darse una vida de millonario, estar inmiscuido en la vida política del país, y lo peor del caso, gozar de una completa y absoluta impunidad. Esto sin mencionar los costosos regalos que les hace a sus hijos, la vida de reina de la goza su hija, y los negocios familiares. Le suena familiar dicha historia, claro, es una replica de lo sucedido en el SNTE, y con la Maestra Elba Esther Gordillo. En verdad, ingenuamente, me gustaría creer que el caso de Gordillo Morales es una manera de hacerle justicia a los mexicanos, y que el siguiente en caer podría ser este funesto personaje, pero lo cierto, y siendo realista, dudo que suceda, pienso que fue sólo para poner un ejemplo, y ni pensar que estos líderes regresen el dinero que han saqueado, eso es el eterno sueño, no sólo mío, sino de todos los mexicanos.

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