domingo, 22 de diciembre de 2013

ARTICULÍSTA INVITADO MANUEL CARVALLO


               @suntos del Poder:   
 
 Un año le llevó a Jesús Murillo Karam hacer su diagnóstico de la
Procuraduría General de la República que encontró; minutos el darlo a
conocer; lo que sí, no se sabe, es cuanto tiempo le llevará aterrizar
lo planeado que, como otras tantas ocasiones, se encamina a cambiar la
deteriorada imagen de la institución y recuperar la confianza de la
sociedad…Difícil trabajo, sobre todo si se toma en cuenta que muchos
de los empleados que trabajaban con la exprocuradora Maricela Morales
Ibáñez, siguen enquistados en la dependencia.
 
   Antes de que culmine este año ya estarán cambiados o readscritos
los 32 jefes regionales de la otrora Policia Judicial Federal (PJF),
luego Agencia Federal de Investigaciones (AFI), más tarde Policía
Federal Ministerial (PFM) y en breve AIC (Agencia de Investigación
Criminal), sin embargo en esencia sige siendo la misma gata pero
revolcada, es decir, que la corrupción, los abusos y excesos, seguirán
siendo el pan de cada día, pues sólo es un cambio de forma no de
fondo.
 
   Empero, en la reestructuración de la institución federal se estima
también que en la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos
Penales y Amparo habrá cinco nuevas Fiscalías Regionales con las que
será sectorizado el combate a la delincuencia. Comenzarán con
Guadalajara y Mérida y posteriormente seguirán las del Noroeste,
Noreste y Centro. Aunque todavía no designan cuáles serán las ciudades
sedes… ¿irán a servir para algo tantos gastos de los recursos del
pueblo?
 
   A la fecha, 14 de los 32 delegados en todo el país, ya han sido
relevados del cargo y los otros 18 “Deltas” están por dejar el
puesto…sin embargo de nada servirá mientras el procurador pelón
Murillo Karam, siga cometiendo los mismos errores que sus
antecesores…poner en esos cargos a sus amigos y compadres, en lugar de
colocar a personas con alto nivel moral y educación  comprobada para
combatir la corrupción y darle un mayor empuje a la procuración de la
justicia en México.
 
    A principios de año se nombrará al coordinador del Centro Nacional
de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la
Delincuencia (CENAPI), luego el titular del Centro de Inteligencia y
nacerá oficialmente la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
 
Por lo pronto y a invitación de Tomas Cerón de Lucio, titular de la
AIC, ya llegaron a la PFM, Luis Morales, ex director de Aprehensiones
de la Procuraduría del Estado de México y también Israel Zaragoza
Rico, ex inspector general de la Policía Federal, cuando el jefe era
Genaro García Luna, señalado como uno de los mexicanos más corruptos
de México el presente año por la revista Rorbes
 
   Es un hecho que la PGR relevará de sus cargos a los 32 “Yankees”
(Jefes Regionales) y solamente 12 de ellos serán reasignados en otras
entidades, siempre y cuando cumplan con los requisitos del Centro de
Control de Confianza –los cinco exámenes estados— y comprueben su
capacidad para seguir desempeñando el cargo.
 
En este rubro Murillo Karam debe poner especial atención y no delegar
responsabilidades en funcionarios bajo su mando, tomando en
consideración que más de mil 500 agentes que fueron echados
injustificadamente de la corporación durante las dos administraciones
panistas deberán ser reincorporados a la institución.
 
   Y Tiene que poner especial atención en su llegada, porque la
inmensa mayoría fueron estigmatizados, principalmente aquellos que
provenían de la desaparecida Policía Judicial Federal que,
paradójicamente, desapareciera “por corrupta” GARCIA LUNA y que años
después sería exhibido precisamente por corrupto., pero en un plano
internacional.
 
   Entre esos viejos policías que fueron satanizados, hay
experimentados investigadores, de los que nacieron para ello o se
convirtieron en sabuesos merced de años y años en la brega, no como
resultado de cursos al vapor.
 
   Su salida obedeció no a actos de corrupción, ni a ineficiencia y
menos capacidad, sino como instrumento de “lustre” para los
procuradores o jefes en turno bajo el argumento de sanear o hasta de
“dignificar” la corporación.
Las razones para despedirlos fueron absurdas, sobre todo por la
calidad profesional y moral de quienes aplicaban los exámenes
toxicológicos, poligráficos, de entorno social y familiar y
psicológicos, entre otros.
 
   Los peritos, como si fueran adivinos prejuzgaban el resultado de
las pruebas, con recomendaciones descabelladas.
 
   Los expertos vaticinaban lo que harían determinados elementos
policiacos y antes de que pudieran delinquir, según apreciación a
futuro de los chamanes federales, los declaraban no aptos para el
puesto y los corrían.
 
   Ahora en ese enorme bagaje, hay de donde echar mano, a menos que
las autoridades actuales sigan con las mismas ideas y continúen
elevando a nivel de jefes a jóvenes inexpertos, presa fácil de la
plata o plomo de los grandes capos. Será interesante el resultado de
esta enésima intentona por sanear la PGR y que no quede nada más en
propósitos de año nuevo.

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