sábado, 23 de mayo de 2015

ARTICULISTA INVITADO:RODOLFO HERRERA


Vivir en el Golfo
CHAMAQUEARON AL ÁRBITRO
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     El árbitro electoral Lorenzo Córdova Vianello, encargado de garantizar la credibilidad y limpieza del proceso electoral, destapó nuevamente el drenaje del sistema al haber incurrido en inocencia política, con una conversación telefónica balconeada en red nacional burlándose de los indígenas del país.

     Y es que al pitar el arranque de la competencia y advertir que el “fair play” estaba garantizado, el árbitro confió en la buena voluntad de su actuación y en verdad se sintió un ciudadano común, extraído de las mismas entrañas del pueblo.

     En ese mismo arranque, Lorenzo Córdova se atrevió a advertir que “nadie va a poner en riesgo el proceso electoral” y comenzó a esgrimir espadazos a diestra y siniestra, principalmente contra el Partido Verde Ecologista, el PVEM, organismo político violador de la ley en reiteradas ocasiones.

     Colocado en un cargo de representación ciudadana con facultades plenipotenciarias para criticar a placer a los partidos, el titular del INE dejó escapar un pequeño y sencillo detalle, como todos los actores políticos del país, se convirtió en el objetivo del ilegal pero efectivo del espionaje.

     Y debió saber con toda certeza que el espionaje, otrora actividad exclusiva del estado mexicano, es ahora inherente a la estructura de organizaciones y grupos de poder vinculados a la política.

     Lencho desdeñó la advertencia de que “nada es seguro”, ni las llamadas telefónicas, ni los celulares codificados, ni los WhatsApp, los mensajes, el radio, la comunicación satelital, el internet, la nube, nada. Todo es objetivo superado por el espionaje.

     Siempre hay alguien que está escuchando, grabando, monitoreando, siguiendo y evaluando desde la oscuridad de la catacumba cada palabra, cada frase y desde luego, con quién y a quién se le dice.

     Lorenzo debió hacer tomado con seriedad la advertencia y guardar todas las medidas posibles, aquí no cabía eso de que “soy un ciudadano libre y no voy a perder mi libertad”.

     Hoy el titular del Instituto Nacional Electoral padece el desliz de menos de 2 minutos de grabación, que son aprovechados con experticia por quienes saben sacarle jugo a unas cuantas palabras dichas hasta el cansancio por casi todos los mexicanos.

     Mire usted, en realidad el titular del INE mostró una expresión dicha por miles de mexicanos, los indígenas, los negros, los rancheros, son temas de burla cotidiana, es más, hay hasta personajes de televisión con millonarias inversiones y nadie lo ve mal, “La india María” por ejemplo, “Régulo y Madaleno” por decir otro, es más, en la televisión norteamericana se caricaturizó a un ratón veloz, huidizo, con ropa de manta y enorme sombrero mexicano llamado Speedy Gonzales. ¿Y acaso alguien reclamó?

     Lo único lamentable, es que Lorenzo lo dijo siendo titular del organismo que intentaba darle credibilidad al derecho de los mexicanos al voto y, quien organizó la andanada en su contra, sabía perfectamente el devastador efecto que causaría en los electores.

     Los soplanucas del Consejero Presidente le recomendaron denunciar el espionaje para matar el efecto de la viralidad organizada, pero no había forma, el operativo ya estaba en marcha y continúa en redes sociales con el llamado “de la sociedad mexicana” a retirarse del cargo.

     El espionaje es de todos contra todos y hay claros ejemplos de ello, La llamada de Margarita Salinas a su hermano Raúl Salinas preso en Almoloya,” la del “gober precioso” Mario Marín a Camel Naciff, las de los niños verdes, la de la senadora Purificación Carpynteiro pidiendo favores, así como las recientes renuncias de funcionarios del Distrito federal tras grabaciones, lo mismo con los candidatos a los gobiernos estatales, nadie escapa al espionaje.
     Para Lorenzo Córdoba le lección es dura y sus efectos en el proceso electoral aún están por verse.
TARDARÁ 10 AÑOS LIMPIAR LA CORRUPCIÓN

     Muy desafortunadas resultaron las declaraciones del coordinador de los diputados del PAN Ricardo Anaya Cortés, quien se congratuló de que los congresos de los estados hayan avalado la reforma constitucional para crear el Sistema Nacional Anticorrupción, pues aclaró que tardará diez años limpiar de corruptos al país.

     Digo, las palabras de Anayita no pueden ser más desalentadoras, porque si los corruptos son capaces de legalizar improvisadas fortunas en muy poco tiempo, un plazo de diez años les vuelve a dar confianza y para ese entonces no habrá mucho por hacer.

     Eso significa que le dejarán el paquete al próximo gobierno federal y eso no se vale. Ellos la inventaron y ellos la deben ejecutar ahora. ¿O acaso es muy difícil?

Comentarios a: vivirnelegolfo@gmail.com

    

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