viernes, 12 de agosto de 2016

ARTICULISTA INVITADO.RODOLFO HERRERA


Vivir en el Golfo

LA CRISIS DE CREDIBILIDAD MORAL
     El Sistema Nacional Anticorrupción nace en el peor momento, justo cuando se ha desatado una batalla de señalamientos, acusaciones y denuncias de unos contra otros, lo que implica que los mexicanos estemos sumergidos en la más severa crisis de credibilidad moral, donde por cierto, parece que no hay puerta de escape.
     ¿Le parece si echamos un recuerdo a lo ocurrido el 19 de agosto del 91 en Rusia? cuando los líderes de la llamada "línea dura" del Partido Comunista Soviético lanzaron un golpe de estado para derrocar al presidente Mijaíl Gorbachov, al considerar que la reforma política llamada Perestroika, había ido demasiado lejos en el desmantelamiento del aparato totalitario al servicio de una minoría gobernante.
     El peor crítico del presidente en ese entonces era Borís Yeltsin y decidió salir a las calles de Moscú a enfrentar a los tanques de los militares golpistas, advirtiendo que la dictadura se había ido y no permitirían que regresara jamás, el pueblo salió, caminó junto a Borís y lograron mantener a Gorbachov en el gobierno, ese acto de credibilidad moral le permitió a Yeltsin mantener el rumbo de la historia, porque la gente creyó en él.
     El primero de marzo de este año, José Mujica de 79 años terminó un periodo constitucional como presidente de Uruguay, ante el asombro del mundo, retornó a su casa en su rancho a bordo de su viejo Volkswagen azul celeste modelo 87, a trabajar en la siembra con su tractor, regresó a sus labores de campesino con la misma humildad que le dio riqueza a su vida, esa credibilidad moral que no se puede comprar con dinero.
     De joven inició una vida de activismo político, a mediados de los 60 fundó el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros y participó en operativos guerrilleros, fue baleado, encarcelado 4 veces, sometido a torturas y pasó un total de 15 años en prisión hasta que retornó la democracia a Uruguay, pero en su andar ganó credibilidad, fue congruente entre lo que dijo y lo que hizo, "Los políticos debemos de vivir como la mayoría, no como la minoría".
     El 30 de noviembre de 1958 Adolfo Ruiz Cortines dejó la presidencia de México Y desde entonces se le podía ver en por las calles de su natal Veracruz, por las noches disfrutaba jugar dominó con sus amigos en los portales del Hotel Diligencias y pasada la medianoche se levantaba de la mesa y se iba caminando sólo por la alameda Díaz Mirón hasta su casa, si acaso acompañado de su amigo Horacio Díaz Correa.
     Famoso por las frases "¿Honesto? Ni yo" don Adolfo llegaba y se iba caminando, sin avanzada, ayudantía, comitiva ni guardaespaldas, "No debo nada, no temo nada" decía.
     Como alcalde de Veracruz Don Manuel Alpino Caldelas lo dio todo y al final de su gobierno deambulaba por las calles de Veracruz, donde era detenido por los porteños que lo saludaban con gusto, le reconocían su labor y honestidad, en más de una ocasión la situación fue precaria pero Don Manuel Alpino se abstuvo de comentar su caso, pedir ayuda o aceptar algo, siempre fue un hombre digno y decente.
     Don Gustavo Souza fue presidente del PRI en Veracruz, muy querido entre la clase política, su hijo mayor, Gustavo Souza Escamilla le preguntaba a su padre, ¿Cómo es que estando tú en la política no tengamos coche? Don Gustavo abrazaba a su hijo y le decía que la mejor herencia que podía recibir una persona, eran los valores, la dignidad, la honorabilidad.
     ¿Y entonces qué ha pasado con la última generación de políticos? Mire usted, aunque el presidente haya pedido perdón por lo que llamó “el error de la casa”, los mexicanos volvimos a amanecer con la noticia de que había un conflicto de intereses con unos departamentos que la pareja presidencial usaba en Miami.
     En Veracruz las acusaciones entre los gobernadores, el actual y el electo van de un lado a otro señalándose de tener propiedades que de otra forma no hubieran podido comprar.
     Todos los gobernadores de México que han terminado su gestión en este sexenio y los que apenas van a entregar, tienen el mismo señalamiento de corrupción.
     En pocas palabras, estamos en una severa crisis de credibilidad moral y no se ve pa cuándo.
¿Y AHORA QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?
     Y nosotros acá del lado del pueblo preguntamos ¿A quién seguimos? ¿En quién podemos creer? ¿En quién podemos confiar? Es claro que no hay un personaje con la suficiente calidad moral al que los mexicanos le podamos pedir que entre a enderezar este barco, sin el riesgo de que uno u otro mesiánico de la política con 40 años viviendo del erario público, se meta a querer aprovecharse de la desesperación de los ciudadanos.
     El barco se hunde, la tripulación sigue aferrada al timón y los pasajeros no vemos ni lanchas salvavidas, ni quién venga al rescate.
Comentarios a: vivirenelgolfo@gmail.com

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