MÁS POBREZA Y CORRUPCIÓN,
CON MALOS Y PEORES GOBIERNOS.
A 452 días del final, al desastre heredado, se agrega el que va siendo acumulado.
De muchas formas se prueba y comprueba,
que tanto mediocridad o perversidad, como ineficiencia o delincuencia gubernamental, causan o fomentan, apoyan o sostienen, a Veracruz en
segundo lugar nacional de pobres, con más de 5 millones.
Desde siempre, la pobreza es fuente de enriquecimiento y
también, de empoderamiento, beneficios y ventajas de quienes desde los
gobiernos, supuestamente la enfrentan y
combaten, preferentemente en sus efectos y no en sus causas.
La pobreza es fuente de riqueza y, desde
luego, de poder religioso, político y gubernamental.
En Veracruz, gracias a opacidad y corrupción; apoyados en asistencialismo, manipulación y condicionamiento, el problema no tiene fin ni solución. Entre
más se combate más crece.
Expresado en millones de personas, según
CONEVAL.
De 4.4
en 2010, pasó a 4.6 en 2014 y a más de 5 millones en 2016. Con el
gobierno de la alternancia y las
condiciones prevalecientes, para 2018 la
entidad fácil puede llegar a 5.5 millones de pobres.
A nivel municipal la realidad es más clara
y preocupante.
A reserva de abundar al respecto, Xalapa es
el municipio con el mayor número de pobres en el estado, con casi 180 mil
detectados; cifra que aumenta a más de
250 mil en su zona metropolitana.
Xalapa también es, el municipio que más remesas
recibe. Según el Banco de México, tan
solo en el primer semestre de 2017 ha recibido 43.5 millones de dólares de los
592 millones que recibió el estado de Veracruz.
Esto comprueba una vez más que, el programa de ayuda de los pobres a los
pobres, a sus familiares, es en cantidad y eficiencia el más importante de todos, por encima de los
oficiales.
Preocupa mucho que en todos los ámbitos de
gobierno, mediocridad y abyección, improvisación y discrecionalidad, simulación
e ineficiencia prevalecen y crecen, al
estímulo o amparo de corrupción e impunidad.
Más, porque los hechos prueban que
inseguridad, hambre y pobreza se incrementan. Y hay que repetirlo: entre más
combaten los gobiernos la pobreza, más
crece y se aprovechan de ella.
Veracruz cada vez más lejos de ser
recuperado.
Inocultables, se muestran las consecuencias
de ineficiencia e insuficiencia gubernamental.
Inútil insistir en combatir la recesión
económica que el estado padece, a base de actos y declaraciones, discursos y
boletines oficiales, plagados de futuros prometedores y de buenas intenciones.
Inocultable crecen desempleo e
informalidad; incluso, además de los miles de despidos y las arbitrarias
reducciones salariales, siguen
perdiéndose empleos ya creados.
Tan solo en julio se perdieron 5,625
empleos formales, un promedio de -188 diarios; lleva 3 meses seguidos (mayo,
junio y julio) de pérdidas de registrados en IMSS.
En siete meses de gobierno de la
alternancia, con el crecimiento económico negativo (lo último reportado por
INEGI, fue de -1.5 % en el primer
trimestre) se han perdido 15, 679 empleos formales.
Por si fuera poco, persiste la crisis de las finanzas públicas, y prevalece la
política de gastar más y endeudar más, pero ahora con descaradas
privatizaciones, concesiones y apropiaciones de los servicios básicos y el
patrimonio público.
Los problemas económicos y el
debilitamiento o retroceso del desarrollo social, se agravan más, a consecuencia de las presiones inflacionarias y las condiciones
adversas de los contextos nacional e internacional.
Y en el reino de la opacidad, hay que insistir y preguntar: ¿de qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el
acumulado? ¿A cuánto asciende el total-total de la deuda pública estatal y
municipal? ¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y
desaparecidos?
DISCRECIONALIDAD, INEFICIENCIA Y CORRUPCIÓN.
La burocracia en
general, no puede hacer, deshacer y disponer a su antojo, de lo que es de todos.
Servidores, funcionarios y gobernantes, de cualquier nivel (federal,
estatal y municipal, así como de órganos
autónomos), no deben hacer lo que les da la gana. Todos y cada uno de sus actos
deben transparentarse y estar dentro de las normas establecidas. Cumplir y
hacer cumplir ley, es una de sus ineludibles
obligaciones más importantes.
Sospechosa y de dudosa efectividad es toda aquella institución
o dependencia, política o programa gubernamental que se dedica a hacer como que hace, y a atender todo y de todo: planea, norma, regula, ejecuta y
evalúa.
Lo mismo incluye y excluye, premia y sanciona, sostiene y
debilita. En fin, hace y deshace, se auto juzga y se auto sanciona, se auto
justifica y se auto promueve. Funciona con poca o nula transparencia, acceso a
la información, rendición de cuentas, fiscalización y participación social.
Consecuentemente, aumenta la probabilidad de fracaso, por distorsión o manipulación de atribuciones
y recursos públicos.
Además unilateralidad y
discrecionalidad propician abuso
de autoridad o arbitrariedad. Irresponsabilidad
o corrupción. Se disminuye o destruye la
capacidad de respuesta institucional; se afectan los alcances de articulación y coordinación, de participación
y colaboración, de evaluación y previsión.
Así, presuntos responsables, ineficientes e ineptos, cómplices
y autores intelectuales y materiales, se convierten en parte o en el problema
mismo.
Pasan de amenaza, a constituirse en conocido mal institucional, tan
difícil de combatir como de erradicar.
Por estas y otras razones. Pero sobre todo, por la ineludible obligación de atender, bien
y a tiempo, los crecientes reclamos
y necesidades sociales, no hay que aflojar el paso ni desistir en los
propósitos y objetivos de buen gobierno y auténtico desarrollo social presente
y futuro.
Es imprescindible hacer un esfuerzo simultáneo y participar
en todos los frentes. En particular, eliminar la simulación que sigue arraigada
en el comportamiento de quienes creen que engañan o convencen, frente a una
realidad que en los hechos muestra el tamaño del daño que ocasionan. No más
soluciones en declaraciones ni en simulaciones.
Para mejorar, es
preciso contar con más y mejor transparencia, acceso a la información,
rendición de cuentas, fiscalización, planeación, comunicación y participación
ciudadana y social.
Las cuestiones de gobierno son demasiado importantes para
dejarlas sólo en manos de los gobernantes.
*AcademicoIIESESUV @RafaelAriasH.
Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
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