Columna “Política al Día”
Dante y la búsqueda de alas
a los tlacuaches
Por Atticuss Licona
El morbo político crecía conforme se acercaba la hora del registro de
Miguel Ángel Yunes Márquez como
precandidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura. Los fotógrafos alistaban
las cámaras de alta definición para tomar
la mejor impresión del momento, sino histórico, cuando menos sí emblemático en que
Dante Delgado le levantara la mano al hijo de quien tuvo la ocasión de
encarcelarlo. Finalmente, Dante no llegó, se quedó en México para estar presente en
el registro de Alejandra Barrales y al inicio de las reuniones plenarias de los
diputados federales pertenecientes a la coalición “Por México
al Frente”.
Aquí en la aldea lo anterior fue
visto como ‘El gran desplante de Dante’, el ‘oprobioso desdén’, o mil y un epítetos con más ganas de buscarle alas a los tlacuaches que
sustento. El que Dante no haya acudido al registro de Yunes Márquez hizo que perdieran más los titulares de los medios de comunicación que la
relación de la coalición “Por Veracruz al Frente”.
Y es que al parecer nos cuesta aceptar que Dante Delgado pertenece a
un pasado distante veracruzano, es solo un ligero y vago recuerdo para la
inmensa mayoría de los jarochos y un
completo desconocido para los millenials del Golfo. El glorioso esplendor de la
gubernatura de Dante pasó hace muchos, muchísimos años, y
la distancia y el tiempo han logrado reconciliar los pensamientos y restañar las heridas. Dante no se quedó en Veracruz a relamerse
las llagas de los barrotes en el cuerpo, él voló y voló hasta colocarse -ahora- en lo alto de las
negociaciones nacionales.
Su importancia en la consolidación del famoso “Cuarto Polo” que a la postre
llevó a
concretar una Coalición Electoral,
se ha visto minimizada en múltiples
columnas jarochas. Bien dicen que nadie es profeta en su propia tierra. Aquí he leído la mayor
parte de los improperios en su contra y en las columnas nacionales la mayor
parte de reconocimientos a su labor.
Aquí un día sí y otro también lo meten en
intrigas y grillas de telenovela. Que si aspiraba a una senaduría por Morena; que si quería aliarse con AMLO para la gubernatura; que si
negoció con Yunes para que lo nombraran Secretario de Gobierno; solo falta que
le inventen que si se lo permiten regresaría como prefecto de alguna escuelita
rural de la sierra veracruzana.
Dante, desde hace años, dejó de ver a Veracruz como su punto de
retorno. Para él,
Veracruz es su punto de partida a donde si vuelve será en circunstancias de un empoderamiento nacional.
Si viene o no viene a levantarle la mano a Yunes Márquez, es algo que sólo interesa en la aldea, a
ellos en lo nacional les tiene sin cuidado esa fotografía. La política, la alta política, no sabe ver
hacia al pasado; los de la alta política se guardan sus comentarios,
pensamientos y rencores en pos de un proyecto de mayor envergadura. Así es la praxis y por eso el ciudadano común odia al político, porque a
los mortales nos cuesta demasiado contener las emociones. La frialdad política da frutos y eso tiene a Dante al borde de una
Secretaría de Estado en caso de que
la Coalición triunfe.
En el Altiplano, Dante teje con discreción y finamente tiende puentes.
No podía ignorar el registro de
Barrales para venir a Xalapa a tomarse una foto que solo alimentara el morbo.
Vendrá a Veracruz, por supuesto que
lo hará. Estoy seguro de que antes
que termine la campaña vendrá y le levantará la mano a Yunes Márquez, y cuando
lo haga, júrelo, lo hará con una sonrisa de oreja a oreja. Solo aquí habría quienes busquen en las comisuras de sus labios la aproximación de un gesto o
rictus de dolor inexistente. Así es la política y así también es la
comentocracia.
Dante
observa,
analiza y planea no solo en función de Veracruz, sino de 32 estados de la República Mexicana.
Dante, sin que el que esto escribe asegure que sea un buen o mal político, voló.
Dante, hay que
entenderlo, ya voló.
@atticuss1910
atticusslicona@gmail.com
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