Hablemos de Box
Otra historia del boxeo mexicano que guardo en mi memoria es parte de la vida de José Becerra, que fue marcada por la tragedia
A finales de los años cincuenta, protagonizó una memorable pelea con el inolvidable José Medel “El Huitlacoche”, llevándose la decisión en un combate que quedó para la historia.
Habiendo seguido su curso la vida en aquellos años, producto de su buen boxeo y victorias obtenidas, pronto fue ubicado como retador oficial al título mundial de peso gallo que ostentaba el argelino Alphonse Halimi. Esta pelea se llevó a cabo en la ciudad de los Ángeles, California, con un lleno total, sobretodo de mexicanos radicados en esa ciudad.
Fue una pelea trepidante y contra todos los pronósticos, el vencedor y luego campeón mundial de peso gallo, fue José Becerra.
El flamante monarca vivía en la ciudad de Guadalajara, en donde disfrutó con sus paisanos el título conseguido a base de entrega, disciplina y mucha dedicación al boxeo. Hasta aquí todo marchaba sobre ruedas, cuando vino la pelea con un oponente llamado Walter Ingram; fue un combate en que ninguno de los dos oponentes dio tregua, golpeándose con dureza ambos; saliendo mejor librado el campeón, quien ganó la pelea.
Producto de los golpes recibidos, Walter tuvo que ser llevado al hospital en muy malas condiciones, y no obstante el esfuerzo del equipo médico que lo atendió, no pudieron salvarle la vida.
Esto afectó totalmente la vida del campeón, quien no quiso saber más de box, y aislado se sumió en una profunda tristeza, porque le dolió mucho haber segado la vida de su oponente.
El boxeo tiene estos riesgos, muy lamentables, y hay boxeadores como José Becerra que no saben sobreponerse a este tipo de tragedias.
Habiendo desaparecido del boxeo, no volví a saber del flamante campeón mundial de peso gallo.
Amigos sean felices y hasta la próxima.
Su amigo Juan Cortés.
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