lunes, 12 de octubre de 2015

ARTICULISTA INVITADO.RODOLFO HERRERA


Vivir en el Golfo

¿DE QUÉ SOMOS DUEÑOS?
    La versión “no oficial”, de que el tradicional ritual “Los Voladores de Papantla” dejó de ser mexicano y pasó a ser propiedad de la canadiense Cirque du Soleil, levantó la inconformidad del mundo intelectual veracruzano, sin embargo, en los hechos consta que no somos dueños de lo que consideramos como nuestro patrimonio histórico.
     ¿Cómo puede un pueblo creer en su gobierno, cuando no ha sido capaz de salvaguardar los más preciados intereses de los mexicanos?
     Parece mentira que a lo largo de la historia, nuestros tesoros culturales hayan pasado a manos de extranjeros, principalmente estadunidenses, a quienes hay que pagarles derechos por utilizar la propiedad intelectual de lo que nuestros antepasados fueron capaces de crear.
    Existen varios lamentables ejemplos, mire usted, sin duda que una de las más dolorosas pérdidas que lamentamos es que “La Bamba”, canción que tuvo su origen en el puerto de Veracruz allá por 1683, según versiones históricamente no confirmadas, se mantuvo en México como una pieza de dominio popular, pero no faltó el gringo que luego de conocer el éxito musical y tras varias versiones en inglés, decidió reclamar la propiedad despojándonos de esa joya.
     Hoy, La Bamba, que a los veracruzanos ha servido como un himno alegórico al ritmo, el buen estado de ánimo, la décima jarocha, nuestro distintivo como gente alegre y bien dotada de cultura musical, ahora hay que utilizarla con reservas, ya que la ley le permite al gringo reclamar regalías por utilizarla.
     Luego de conocer el destino que tuvo La Bamba ¿Usted creé que el rito religioso de Los Voladores de Papantla no corre riesgo? Porque según versiones periodísticas aun no confirmadas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia pudo haber cedido los derechos para la realización del rito, debido a que los canadienses del Cirque du Soleil podrían promover mejor esa tradición mesoamericana de la huasteca veracruzana por todo el mundo.
     Ante estas versiones que me incomodaron al igual que a usted, me pregunté: ¿Entonces de qué somos dueños los mexicanos?
     Y nuevamente nos acordamos de otros casos como el del penacho de Moctezuma Xocoyotzin, emperador azteca que vivió de 1466 a1520, cuyo quetzalapanecáyotl o tocado de plumas de quetzal engarzadas en oro y piedras preciosas, actualmente se encuentra en el Museo de etnología de Viena, en Austria.
     Lo más que pudo hacer el gobierno mexicano desde la segunda mitad del siglo pasado, fue promover una campaña nacionalista para pedir que sea devuelta e instalada en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México, donde se exhibe una vil y burda copia.
     Pero de Moctezuma hay otro caso todavía más importante, le cuento:
     Sucede que en la tierra de los gallegos, gachupines o como quiera usted llamarles, que a final de cuentas a mí me da igual, existe la familia del Conde de Miravalle como parte de la nobleza española y viven en la ciudad andaluza de Granada, no conocen México, no tienen ninguna afinidad con nuestro país, pero se dicen descendientes directos del emperador Mozctezuma.
     El 14 de abril de 1869, el noble andaluz Conde de Miravalle escribió al presidente de México Benito Juárez García una carta donde le suplicaba que le repusieran la pensión que se había suspendido en varias ocasiones, la misiva finamente escrita conmovió el corazón del Benemérito y accedió a reponerla, pero para finales del siglo XVIII nuevamente se suspendió.
     La situación actual es la siguiente: Los Miravalle decidieron establecer una demanda reclamando la pensión Moctezuma que ascendió, en el siglo XVIII, a un monto anual de 5.258.090 pesos oro, el peso oro en el siglo XVIII equivalía a 1480 gramos de oro puro, según los expertos unas 270 622,73 onzas castellanas, que cotizadas al valor actual del mercado, equivaldrían a una pensión de 107 millones 209 mil euros que hay que pagarles cada año.
    Es decir, si los Miravalle ganan el juicio hay que pagarles todo eso multiplicado por siglo y medio ¿Cómo la ve? Y por cierto, con esos antecedentes ¿Usted cree que perderán el juicio?
     Y lo peor ¿Sabía usted que el himno Nacional Mexicano no es de nuestra propiedad, sino que le pertenece a los norteamericanos de la compañía Wagner?
    Sucede que cuando se hizo la convocatoria para concursar por la composición de la música y letra del Himno Nacional, se ofreció un premio, pero a los ganadores Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó les pintaron un dedo, o sea que no les pagaron lo ofrecido. Mta madre.
     Los herederos de Bocanegra y Nunó, reclamaron los derechos del premio pero a la par, pusieron en venta la propiedad intelectual de sus padres, comprando los derechos la compañía estadunidense Wagner.
     Para la mitad del siglo pasado, el presidente Manuel Ávila Camacho indignado procedió a la expropiación del Himno Nacional Mexicano, pero legalmente, eso aplica para efectos de la república mexicana, porque para el extranjero, cada vez que se cante o toque el himno nacional, en eventos oficiales, deportivos, culturales, artísticos, presentaciones o películas, le tenemos que entrar con un billete a la Wagner.
     La pregunta que les hacemos los mexicanos ¿Por qué no defienden mi patria? ¿A quién le están entregando nuestro país? La respuesta no llega, pero la situación es lamentable, con razón los biznietos de la revolución son capaces de venderle el SAS a los brasileños o la industria petrolera a British Petroleum.
ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO
     Tras el anuncio de que el Papa Francisco visitará nuestro país el año entrante, diputados y senadores de todos los partidos se pelean el derecho de que el sumo pontífice visite, o la Cámara de Diputados o la Cámara de Senadores. Mta pa desesperación, así traerán de negra la conciencia, han de saber que el papa ni vota en México, ni puede interceder para la salvación de sus almas, mejor que se pongan a hacer algo por los más de cien millones de mexicanos pobres, a ver si así pueden lavar sus pecados coño. ¿No cree usted?
Comentarios a: vivirenelgolfo@gmail.com

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