Por demasiado talento que posea una persona, no se debe a sí mismo, también se debe al equipo de colaboradores que le rodea, en la política la regla es sencilla, un funcionario también es reflejo de quienes se rodea, o como decía la filósofa de la montaña, “mijo, no te juntes con pendejos porque se pega”.
Tanto en la empresa privada como en la administración pública los que mandan se enfrentan a una burbuja que los envuelve y les impide ver más allá de lo que pueden percibir a simple vista.
Rodeado de una docena de aduladores profesionales, es muy difícil asimilar la voz franca y sincera del colaborador que armándose de valor y expuesto a ser corrido, se atreve a contradecir al jefe y decirle “Está usted equivocado”.
Los lambiscones harán lo propio y como suelen agruparse los inútiles, o sea en mayoría, aprovecharán el momento para deshacerse de la voz discordante y así seguir succionando el presupuesto del jefe que tienen cautivo, incapaz de ver por sí solo su triste realidad.
Cuando el gobernante logra darse cuenta y deshacerse de algunas de esas chatillas, los resultados diferentes saltan a simple vista.
Algo similar debió haber pasado luego de que el presidente Enrique Peña Nieto se animara a hacer unos cambios, sobre todo en el equipo de presidencia, luego de su informe de gobierno el pasado 2 de septiembre.
Es decir la llegada de un hombre con más experiencia como Francisco Guzmán Ortiz por Aurelio Nuño Mayer, ya deja ver otros resultados.
Mire usted, hay varios ejemplos de ello, el domingo 6 de septiembre, el grupo interdisciplinario de expertos Independientes GIEI, convocados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que investiga la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, echó abajo la versión de la PGR de que los jóvenes estudiantes habían sido incinerados hasta su desintegración en un basurero de Cocula.
En forma casi inmediata, el Presidente de la República Enrique Peña Nieto que había permanecido evasivo al tema, dejando el caso en manos del entonces titular de la PGR Jesús Murillo Karam, dio a conocer que se aceptaba la versión de los expertos extranjeros, además, propuso que la CIDH se quedara 6 meses más en México para investigar el caso hasta su esclarecimiento.
La reacción presidencial nuevamente frenó los ímpetus opositores que si bien criticaron y sometieron a juicio público al ex titular de la PGR Jesús Murillo Karam por “armar un teatro”, no hubo motivo para denostar la voluntad presidencial de aceptar la opinión e injerencia de los externos.
El 13 septiembre una nueva noticia sacudió a los mexicanos, al enterarnos que 8 turistas procedentes de Jalisco habían muerto asesinados por un ataque de la policía y el ejército en Egipto, cuando fueron confundidos por terroristas.
En forma casi inmediata, se anunció que el presidente Enrique Peña Nieto había instruido a la Secretaria de Relaciones Exteriores Claudia Ruiz Massieu, para que acudiera de inmediato a Egipto para atender el caso, incluso, se dispuso del avión presidencial donde viajó la canciller con los familiares de los turistas mexicanos.
Independientemente de los hechos, se percibió una reacción inmediata y responsable del gobierno federal, no hubo oportunidad de criticar ni la inexperiencia de la funcionaria para ese cargo, ni el uso del avión presidencial.
El hecho más reciente se dio ayer cuando, cuando el presidente Enrique Peña Nieto finalmente sostuvo una reunión personal con los padres, familiares y abogados de los 43 normalistas desaparecidos, luego de que hace algunos meses el mandatario trató de evitar el tema, dejándolo en manos de funcionarios que representaron al viejo PRI, como fue el caso de Jesús Murillo Karam.
La noche del 15 de septiembre, el Presidente de la república anunció que se suspendía la cena de gala en Palacio Nacional, como un signo de austeridad.
Detractores, políticos de oposición y las propias redes sociales no tuvieron el mismo impacto en la crítica, o más bien esta logró desviarse hacia otros responsables.
Lo cierto es que aunque de fondo el país sigue teniendo los mismos problemas, pero un mejor uso de la política ha aminorado la virulencia de los opositores, sobre todo en redes sociales.
Aunque eso sí, no en todos los niveles de gobierno hay interés en cambiar de estrategia ni enderezar el rumbo, nuevamente tendremos que parafrasear a la filósofa de la montaña que otro día me advirtió: “Ay mijo, cómo quieres que te ayuden si no te dejas ayudar”.
EL PAPA EN LA POLÍTICA
La noticia de la visita del Papa Francisco nuestro vecino país del norte, se la llevó una niña migrante oaxaqueña de 5 años que, según los medios, burló la seguridad impuesta por el Servicio Secreto de los Estados Unidos y entregó una carta al sumo pontífice.
Es decir ¿En verdad cree que una niña se pueda imponer al Servicio secreto de los Estados Unidos? ¿Ejercer presión al paso del Papa para que la dejen entregarle una carta? ¿Así de confiable es el servicio Secreto en torno al cual gira la seguridad del presidente del país más poderoso de la tierra?
Mmmm, la niña es muy simpática, hermosa y la noticia nos gustó, sobre todo si la carta y la lectura pública de la misma iba cargada de mensajes contra la barbarie desatada por Donald Trump, además, la pequeña es dueña de una gran elocuencia, tal y como lo dejó ver en entrevista.
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