Vivir en el Golfo
EL JURAMENTO HIPOCRÁTICO… PURA HIPOCRESÍA
En el siglo IV antes de Cristo, el griego Hipócrates de Cos ejerció la medicina bajo un concepto filosófico humanista, que motivó a sus discípulos a hacer un juramento de lealtad al estudio y preservación de la salud de los seres humanos, obligando a todo aquel que ejerciera la profesión a mantener como principal virtud el respeto a la vida y su sacrificio por preservarla, por sobre todas las cosas.
Seis siglos después, en el año 200 posterior de la era de Cristo, el también médico griego Galeno de Pérgamo retomó los conceptos filosóficos de la escuela hipocrática y promovió hasta nuestros días el juramento de Hipócrates, ratificado por la Asamblea Médica Mundial de Ginebra, el 8 de noviembre de 1948, compromiso que todos los médicos hacen ante la humanidad al momento de ser titulados y aceptados como profesionales de la medicina y que a la letra dice:
“En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad, conservaré a mis maestros el respeto y el reconocimiento a que son acreedores, desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad, la salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones, respetaré el secreto de quien haya confiado en mí, mantendré, en todas las medidas de mi medio, el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica, mis colegas serán mis hermanos, no permitiré que entre mi deber y mi enfermo vengan a interponerse consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, partido o clase, tendré absoluto respeto por la vida humana, desde su concepción, aún bajo amenazas no admitiré utilizar mis conocimientos médicos contra las leyes de la humanidad, hago estas promesas solemnemente, libremente, por mi honor”.
Además, Hipócrates concluía dignamente este juramento con las siguientes palabras: “Si observo con fidelidad este juramento, séame concedido gozar felizmente mi vida y mi profesión, honrado siempre entre los hombres; si lo quebranto y soy perjuro, caiga sobre mí la suerte contraria”.
Hipócrates fue claro, al final del juramento advierte que si hubiese quebrantado ese juramento, es decir, cometido perjurio al jurar en vano, aceptaba que cayera sobre él la suerte contraria, o sea, todo lo indigno, que para un médico y además filósofo, era toda una tragedia que los médicos hoy en día parecen desconocer.
¿Entonces? ¿Qué les pasó? ¿En qué momento los médicos desviaron el rumbo? ¿Hacen un juramento y luego cometen perjurio? Digo esto con todo respeto para todos esos médicos dignos, nobles y comprometidos con su profesión, porque si los hay y son muchos que merecen nuestro reconocimiento.
Sin embargo los casos de los médicos oportunistas, ambiciosos, asesinos, chambones, valemadristas y comerciantes de la salud, se han multiplicado y los casos de negligencia van en aumento, el último conocido públicamente, es el de Luz María del Castillo Reynoso, Cirujana Plástica, Estética y Reconstructiva que operó en el Hospital General a Ivonne Rosario Cobos Solano, a la que desgració la vida dejándole espantosas secuelas y deformaciones incorregibles.
Cuando la paciente Ivonne Rosario Cobos Solano se acercó a reclamar la devolución de sus 25 mil pesos por la mala aplicación de la cirugía estética, entonces fue denunciada y en un proceso amañado terminó en la cárcel acusada de extorsión.
Allí se configuró el maridaje que Hipócrates repudió, la perfecta combinación entre indolentes practicantes de la medicina sin la suficiente preparación, hermanados con el sistema de justicia que apesta y que a ciudadanos libres y de buena fe pone tras rejas, no así a los corruptos.
La buena noticia sería que México tiene las suficientes instituciones legales y de salud para poner fin a esta aberración de la medicina, retirando del quehacer médico a todos esos farsantes, criminales, charlatanes que ven en cada paciente la oportunidad de seguirse enriqueciendo, no importando qué pase con su salud, pues claro, van acompañados de un sistema judicial que los deja en libertad para seguir causando mal.
La mala noticia sería, que hay instituciones como la Secretaría de Salud a cargo del ex rector de la UNAM José Narro Robles y la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios la Cofepris, que pueden hacer mucho para enderezar el rumbo, aunque a la fecha, parece que el tema no les interesa.
Mientras tanto, habrá que tener mucho cuidado, pues los charlatanes abundan y existe el riesgo de ser sometido a una mala operación que puede costar la vida, o bien, la cárcel, como ocurrió con Ivonne Rosario Cobos Solano y otras pregunta más ¿Y la Comisión de derechos Humanos?
LA COMISIÓN DE SALUD DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS
¿Sabe usted cuántos diputados federales integran la comisión de salud? Pues bien, la integran 31 diputados de los cuales el presidente de esa comisión es del PAN, Elías Octavio Íñiguez Mejía y entre ellos está esa aberración del PRI llamada Carmen Salinas alias “La Corcholata” ¿Se imagina usted 31 peludos que perciben más de 300 mil pesos mensuales por vigilar el cuidado de nuestra salud? ¿No cree usted que esa chamba la podrían hacer 5 personas, no más?
Por eso no avanzamos y mientras tanto seguimos viendo pacientes afectados, madres a las que les niegan el servicio y tienen que parir en los patios y jardines, como que no merecemos esto ¿No cree?
Comentarios a vivirenelgolfo@gmail.com
Hola soy la dra. Ivonne de la cual escribiste tengo una historia de terror que aún no termino a causa de este caso ,salí bajo amparo federal por magistrados amparo liso y llano para procesar por falta de elementos y aún sigo luchando por tanta vilociones a mis derechos aún después de salir absuelta me gustaría contarte paso a paso .es demasiada la corrupción y tráfico de influencias .
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