Carlos Romero Deschamps, una vida de corrupción,
traiciones e impunidad.
Visión Política
20 de Marzo de 2013.-Después de la sorpresiva
detención y encarcelamiento de la ex líder magisterial, Elba Esther Gordillo
Morales; analistas políticos comenzaron a sacar conjeturas sobre los motivos de
dicha estrategia del gobierno federal. Para algunos, fue un ajuste de cuentas
por parte del Presidente Enrique Peña Nieto, al no haberle perdonado un sinfín
de traiciones de la profesora; mientras que para otros, no era más que una estrategia
para legitimar al gobierno federal
entrante bajo el paradigma de ser un
gobierno anticorrupción, al tiempo que mandaba un mensaje para otros
líderes magisteriales, de apoyan las
reformas presidenciales o correrían la misma suerte. Sin embargo, para los
millones de mexicanos cansados de tanta corrupción, la estrategia no ha sido
suficiente, porque aún faltan muchos líderes sindicales que se han enriquecido
bajo el amparo de las administraciones federales –llámese PRI o PAN-, entre ellos el perpetuo líder petrolero,
Carlos Romero Deschamps.
Carlos
Antonio Romero Deschamps, nació el 17 de enero
de 1943 en Tampico, Tamaulipas, ha sido diputado federal en tres ocasiones
y senador en dos periodos, es miembro activo del PRI desde 1961, donde inició
su carrera como coordinador de campañas del PRI en el estado de Tamaulipas.
Muchos de sus allegados conocen su verdadera historia, la historia del “Güero Guacamaya”, que después pasó a
ser “El Traidor”, después “El Judas” y finalmente, “El Charro Mayor”. Su primer trabajo fue
como abonero en Tampico a principios de la década de los 60´s, cuando apenas
alcanzaba los 23 años; su segundo empleo fue vendiendo tortas –es decir, era tortero-, en la parte
exterior de la refinería El Paraíso, -donde a pesar de tener un tío muy bien
colocado dentro del sistema sindical Petrolero Víctor Deschamps, al principio
decidió no ayudarlo-. Más tarde, trabajaría en la Gerencia de Proyectos y Construcción, área separada de la
refinería y que trabajaba directamente con contratistas.
No paso mucho tiempo
en dicha Gerencia, cuando logró colocarse como chofer y mandadero del ingeniero
Ignacio Ramírez, hombre poderoso dentro de la paraestatal, y cuando es
transferido su jefe a la ciudad de México, Romero Deschamps también se muda con
él -es aquí cuando da inicio su carrera
sindical, en la sección 35 del Sindicato Petrolero-. Para ese entonces,
logra relacionarse también con Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como “La Quina” y con su segundo a bordo, Salvador
Barragán, a quienes servía de chofer y mandadero.
Para ese entonces,
Carlos Romero logró lo imposible, ganarse la simpatía del poderoso líder
petrolero “La Quina” por ser
precisamente paisanos tamaulipecos, y tras una jugarreta que le hizo a un líder
sindical –y que además era su supuesto
amigo- Héctor Martínez mejor conocido como “El Chaparro”, -quien tenía una
fuerte debilidad por las bebidas embriagantes. Romero Deschamps logra
desplazarlo y entrar al círculo de cercanos colaboradores de Enrique Hernández
Galicia. De aquí le vino su segundo alias “El
Traidor”.
La caída de “La Quina” fue un plan ejecutado durante el primer mes
del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, pero lo cierto, es que dicho plan
tuvo su nacimiento en el seno del mandato de Miguel de la Madrid, y las cosas
empeoraron cuando Salina de Gortari como Subsecretario de Programación y
Presupuesto impulso una serie de reformas, las cuales le cerraban la llave al
sindicato petrolero, y, en respuesta Galicia Hernández apoyo la publicación de
un libro sobre un supuesto asesinato
cometido en casa de los Salinas, cuando Carlos Salinas aún era un adolescente.
La gota que termino de derramar el vaso, fue cuando Salinas de Gortari se
entera que de dientes para afuera
tenía el compromiso del líder petrolero de apoyar su campaña electoral, sin
embargo, el voto se lo darían a Cuauhtémoc Cárdenas.
Por su parte, Carlos
Romero Deschamps, -ya con cierto colmillo
político- decidió no meterse en esta guerra entre Salinas de Gortari y
Hernández Galicia, pero sabía que la caída de su líder, protector y amigo sería inminente, y sabía que en algún momento tendría que tomar
partido, y así lo hizo, y fue del lado del Presidente. Salinas autorizó la
detención de “La Quina”, en
Gobernación, la operación estuvo a cargo de su titular –y ex gobernador veracruzano- Fernando Gutiérrez Barrios, y por el
titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Antonio Riviello. El ahora
líder tuvo un papel estratégico en dicha operación, verificar que su amigo “La Quina” estuviera en el lugar
adecuado, su casa, y así fue como se ganó a pulso su tercer sobrenombre “El Judas”.
Después del
encarcelamiento de Joaquín Hernández Galicia, y de una dirigencia transitoria,
Carlos Romero Deschamps ya despachaba como Secretario General del Sindicato
Petrolero, y de ahí en adelante, se dedicó a saquear las arcas sindicales –que obviamente, es dinero público-,
darse una vida de millonario, estar inmiscuido en la vida política del país, y
lo peor del caso, gozar de una completa y absoluta impunidad. Esto sin
mencionar los costosos regalos que les hace a sus hijos, la vida de reina de la
goza su hija, y los negocios familiares. Le suena familiar dicha historia,
claro, es una replica de lo sucedido en el SNTE, y con la Maestra Elba Esther
Gordillo. En verdad, ingenuamente, me gustaría creer que el caso de Gordillo
Morales es una manera de hacerle justicia a los mexicanos, y que el siguiente
en caer podría ser este funesto personaje, pero lo cierto, y siendo realista,
dudo que suceda, pienso que fue sólo para poner un ejemplo, y ni pensar que
estos líderes regresen el dinero que han saqueado, eso es el eterno sueño, no
sólo mío, sino de todos los mexicanos.
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