A
Dios no le interesa la política, a sus pastores si….
Visión
Política
27
de marzo de 2013.-A mitad de la Semana Santa, - y tratando de evitar entrar en polémicas estériles sobre los
paradigmas religiosos-, tengo la obligación de ofrecer una explicación
sobre el titulo de esta columna, y debo que decir que lo cierto es, que en
nuestro país, los jerarcas religiosos –y
no sólo de la iglesia católica- han estado vinculados a la vida política,
evidenciando un claro interés por los asuntos terrenales sobre los espirituales.
¿Es correcto?, por supuesto que no, porque esta injerencia les ha traído
considerables beneficios económicos, que lastiman seriamente al “rebaño” que juraron proteger.
Pero no puedo hacer una
afirmación de este tipo sin bases, para ello recurriré a la Biblia; en Lucas
20:20, en donde se señala lo siguiente: “El
impuesto del César”. Entonces empezaron a seguir a Jesús de cerca; le enviaron
unos espías que fingieron buena fe para aprovecharse de sus palabras y poder
así entregarlo al gobernador y su justicia. Y le preguntaron: “Maestro, sabemos
que hablas y enseñas con rectitud, que no te dejas influenciar por nadie, sino
que enseñas con absoluta franqueza el camino de Dios. ¿Esta permitido pagar
impuestos al César o no?”. Jesús vio su
astucia y les dijo: “Muéstrenme una moneda, ¿De quién es esa cara y el nombre
que tiene escrito?”. Le contestaron: “Del César”. Entonces les dijo: “Pues
bien, devuelvan al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a
Dios”. Con esto no pudieron atraparlo en lo que decía en público, sino que
quedaron muy sorprendidos por su respuesta y se callaron”.
Es decir, el hijo de Dios con
sus palabras separó los fines de su apostolado, con los objetivos que persigue
el Estado, sin embargo, es lamentable poder observar como muchos de sus
pastores prefieren las canonjías que les brindan los políticos a cambio de
mantener dominado al pueblo. Ahora, vayamos a la historia, y pongamos ejemplos
breves; durante la conquista española, fuimos sometidos con la espada y la
religión –obvio, una absurda
interpretación del apostolado de Jesús a conveniencia de los conquistadores-.
Durante la etapa de la inquisición en nuestro país, fueron asesinados y
torturados los libres pensadores que no estaban de acuerdo con la acumulación
de riquezas por parte de la iglesia, -incluyendo
a muchos científicos mexicanos, a quienes condenaron por herejía-. Durante
el Gobierno de Benito Juárez y las Leyes de Reforma, la Iglesia Católica excomulgo al benemérito
de las Américas por haber expropiado sus bienes, duro golpe a los interés
terrenales de la iglesia –que insisto,
nada tienes que ver con el apostolado de Jesús-. Durante, el priismo –antes de la llegada del foxismo- hubo
una tensa relación entre el Vaticano y el Estado Mexicano, siendo hasta la
llegada de Carlos Salinas de Gortari, cuando las relaciones comenzaron a
mejorar.
Durante la campaña electoral de
Vicente Fox, -y tratando de emular a
Miguel Hidalgo y Costilla-, éste levanto la imagen de la Santa Patrona de
México, la Virgen de Guadalupe y le declaro la guerra al PRI, -estrategia mercadológica con excelentes
resultados-, mientras que el pueblo mexicano que estaba harto de tanta
corrupción e impunidad, observo a un proyecto de político que podría significar
el cambio en nuestro país, y lo más importante, era Guadalupano. Mientras que
en la administración de Felipe Calderón Hinojosa, las relaciones entre el
Vaticano y México parecían insuperables. Sin embargo, tanto el Vaticano, como
las iglesias y cultos de otras denominaciones distintas al catolicismo veían
como un error la guerra emprendida por Calderón contra el narcotráfico, por eso
fue de vital importancia fijar su vista a otro proyecto político. Enrique Peña
Nieto.
Para cualquiera que quiera
ganar una elección sabe que dentro de un núcleo poblacional se deben tener
prioridades, y a los que primero se deben de convencer es a los líderes
religiosos –llámese Cura o Pastor-,
al maestro, al médico, a los empresarios, a las damas de sociedad, a los
lideres de las colonias, y después al pueblo; el PRI lo sabía, y empezó a
intensificar su trabajo después de haber perdido la Presidencia de la
República, por eso, no fue de extrañarse que tanto Enrique Peña Nieto tuviera
una excelente relación con la grey católica mexiquense, sino que el partido
tricolor pidió a sus gobernadores, diputados, senadores y alcaldes que hicieran
lo mismo, buscar tener acercamientos con
los líderes religiosos, por eso no es de extrañarse que muchas iglesias fueran
remodeladas con dinero del erario público, además muchos curas pudieron tener
ciertos beneficios económicos para dar cumplimiento con su apostolado, -o lo que ellos quieran entender como tal-.
Este año que hay elecciones
para renovar las 212 alcaldías y el Congreso del Estado, tampoco debemos de
extrañarnos que muchos políticos se den golpes de pecho, y se consideren como
los seres más religiosos del mundo, asistan a la iglesia, -ejemplos sobran y se consignan a diario en las paginas de los
periódicos y los portales de internet-, sus esposas utilicen los programas
asistenciales –para que con el pretexto
de ayudar al prójimo- hagan campañas proselitistas, grave error, porque acostumbran
al pueblo a ser holgazán, a que sólo extiendan la mano y reciban dadivas, “porque a las personas, no hay que darles
los pescados, hay que darles la red y enseñarlos a pescar”. Por este
motivo, -y muchos otros-, me duele
saber que mientras que a Dios no le interesa la política, a muchos de sus
apóstoles les interesa de sobre manera.
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