Tremendo revés el que se llevó Gustavo
Madero Muñoz, dirigente nacional del PAN con licencia y nuevamente aspirante al
mismo cargo, cuando los dirigentes parlamentarios de su propio partido
desmintieron públicamente y sin tapujos a Cecilia Romero, la dirigente interina
que Madero dejó encargada del changarro azul allá en la Ciudad de México.
Resulta que tanto Jorge Luis
Preciado, coordinador del PAN en el Senado y Luis Alberto Villareal Coordinador
de los diputados federales panistas, dos de los pilares políticos del PAN y a
los que Madero colocó allí como gente suya, decidieron desmentir a la tal
Cecilia Romero quien intentó jugarle a la democracia y junto con el perredista
Jesús Zambrano decidió rechazar las leyes secundarias en telecomunicaciones
propuestas por el presidente Enrique Peña Nieto.
Pero en menos de lo que se cuece un
elote tierno, los panistas muy a su estilo e importándoles una chingada el
llamado a la unidad, la tundieron públicamente, peor que golfos de la barra de
las chivas a los policías de Jalisco.
Ya en el suelo y cubriéndose los moretones que le dejaron los defensores de la moralidad, la Ceci se quedó calladita, fría y sin decir ni pío, como que sabe que ella no manda y si vuelve a abrir la boca lo más seguro es que los guardianes de la equidad de género se le echen encima otra vez.
No pos que a toda madre, con esos
ejemplos de unidad el sobrino-nieto de la primera víctima de la revolución anda
de gira por el país ofreciéndo que con el voto de todos los panistas él
garantiza la unidad azul. Chi, como ño. Ya en el suelo y cubriéndose los moretones que le dejaron los defensores de la moralidad, la Ceci se quedó calladita, fría y sin decir ni pío, como que sabe que ella no manda y si vuelve a abrir la boca lo más seguro es que los guardianes de la equidad de género se le echen encima otra vez.
El PAN está en crisis e independientemente
de quien gane la dirigencia nacional, ni Enrique Cambranis Torres ni Gustavo
madero gozan de la simpatía de su militancia.
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