Vivir en
el Golfo
YA NO
CONVIENE LA TRANSPARENCIA.
En medio del hartazgo social que viven los mexicanos, en el senado
de la república ya se discute el tema
de cambiar algunos aspectos de la Ley de Transparencia y
Acceso a la Información propuesta por el IFAI, con el argumento de salvaguardar
datos personales, derechos humanos y garantías individuales, en pocas
palabras, para la clase política esa ley es incómoda.
Mire usted, gracias a esa ley publicada en el
Diario Oficial de la federación el 11 de Junio de 2002, los
mexicanos por diversos métodos y con variados fines tuvimos la posibilidad de
consultar datos oficiales tanto de las dependencias como de los funcionarios
públicos.
Para ser más claros, por ese acceso a la información pública
gubernamental se pudo conocer el tema del "conflicto de Intereses"
que dio origen a la discusión de la compra de la
casa de Las Lomas propiedad de la esposa del presidente Enrique Peña
Nieto y que provocó un escándalo en todo el país.
De igual manera sirvió para que nos enteráramos de las propiedades
que el gobernador con licencia de Guerrero Ángel Aguirre Gutiérrez
posee en Estados Unidos y de los vínculos con empresas de la familia
Huges en Acapulco y de lo cual ya hay detenidos y toda una investigación.
Lo malo es que la investigación
sobre enriquecimientos insólitos y vínculos con empresas
proveedoras de los gobiernos, no se conoce porque la autoridades
hayan hecho una investigación al respecto, ni porque los partidos políticos
como el PRI, PAN y PRD hayan denunciado estos hechos de corrupción desde sus
trincheras.
Por supuesto que no mis inteligentes lectores, todos
estos escándalos empiezan con investigaciones periodísticas, cuando
los reporteros y todo el personal de prensa se dedica a escarbar a fondo a
funcionarios, empresas y empresarios, esos vínculos del poder
que dejan enormes ganancias mientras el pueblo se sumerge en la
miseria.
Si bien es cierto que un tema importante es saber a quién se le
facilita esa información, debido a que a muchos funcionarios eso los pone en
riesgo, también es cierto que los políticos ya ni siquiera se preocupan
por ocultar su enriquecimiento de la noche a la mañana, coches de lujo, caserones
y excesos, sabiendo que es de todos conocido que poco tiempo atrás llegaron con
una mano atrás y otra delante, casi con taparrabo.
Con ese pretexto de la seguridad, las garantías
individuales, los derechos humanos de los funcionarios por supuesto, es que
toda la clase política se siente incómoda con esa ley que ya se está
discutiendo en el senado, por los legisladores de todos los partidos que se
empeñan en hacernos creer que están preocupados en la lucha contra la
corrupción, para "atenuarla", "suavizarla", que es lo mismo
que restringir el acceso a la información pública.
Mire usted, eso mismo sucedió después de las elecciones
fraudulentas de 1987, cuando el Secretario de Gobernación
y hoy Senador de izquierda Manuel Bartlett Diaz, fungió al mismo
tiempo como Presidente del Consejo Electoral, cuando el gobierno por
la presión social se vio obligado a ciudadanizar el IFE,
que presidió en un inicio el académico José Woldenberg.
¿Pero sabe qué pasó después? el Instituto Federal Electoral
organizado por los ciudadanos mantenía a raya las presiones de los partidos
políticos, los sancionaba económicamente por los topes de campaña, les vigilaba
el ingreso y no los dejaba actuar.
La consecuencia fue el surgimiento de "La
Partidocracia", ya que los partidos políticos unidos y propietarios de su
cámara de diputados y su senado de la república, fueron desplazando a los
ciudadanos hasta que ellos, los partidos, se quedaron con el
manejo único de las elecciones.
Hoy la Ley de Transparencia es incómoda, molesta, estorba a la
clase política que lejos de preocuparse por la difícil situación
económica de los mexicanos, ya está tomando cartas en el asunto para
ponerle un freno a la transparencia.
¿No le parece demasiada incongruencia? Por un lado PAN, PRI y
PRD intentan convencernos que van con todo en su lucha contra
la corrupción y por otro lado tratan de acotar una ley que evidencia a los
corruptos.
YA NO QUIEREN AL PIOJO
Cuando parecía que la plaga de piojos muy común
en los años 70s y 80s estaba erradicada del diccionario, las escuelas de la
zona conurbada Veracruz-Boca del Río vuelven a ser presa de esta epidemia que
parece no tener solución, ni por parte de la Secretaría de Educación ni por la
Jurisdicción Sanitaria número 8 que debería poner especial atención en este
tema.
A diferencia de aquellos años en que se pensaba que el
piojo era consecuencia de falta de higiene personal y familiar, vemos que los
colegios particulares de renombre no se salvan de esta plaga que
ataca a la niñez.
Ya vimos que revisarlos e impedirles la entrada no es la solución,
algo más deben hacer al respecto las autoridades contra
este insecto que no conoce credos, colores ni estratos sociales.
Comentarios a: vivirnenelgolfo@gmail.com
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