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viernes, 21 de febrero de 2020

El combate a las conductas antisociales, una opción para disminuir los índices de violencia contra las mujeres.


Por Arturo Conde Pérez, Director de la carrera Consejería y Educador en estrategias de Prevención de conductas Antisociales


Las últimas noticias sobre violencia en contra de mujeres y niñas han sido devastadoras y han causado indignación social como nunca antes. El caso de la niña Fátima puso a nuestro país nuevamente en el “radar noticioso mundial”, señalando en México una gran descomposición social que parece avanzar tal y como un agresivo Cáncer lo haría en el cuerpo de una persona enferma.

La sociedad exige acciones concretas al gobierno y no es para menos, no obstante es necesario también hacer un análisis sobre el origen de esa descomposición social que tanto se ha mencionado en las últimas semanas y no perder de vista qué una situación de violencia desmedida como la que estamos viviendo tiene su origen en la familia, al interior de cada hogar.
Tratar de incidir sobre los efectos olvidándonos de las causas sólo resultará en la implementación de acciones a corto plazo que no detendrán esta alarmante escalada de violencia que estamos presenciando.

Para tratar de combatir las diferentes conductas antisociales que motivan entre otros casos a la violencia en contra de las mujeres, es necesario estudiar los factores del funcionamiento familiar que dan origen a dichas conductas.
Es un hecho que un clima familiar caracterizado por una pobre cohesión y falta de normas claras, patrones de comunicación poco fluidos o comunicación rígida, así como una pobre satisfacción familiar, pueden desencadenar en una violencia que generalmente es transgeneracional.
Esto provoca el que los hijos presencien violencia entre sus padres o experimenten castigos físicos, estilos educativos erróneos de los padres como la legitimación del castigo o maltrato infantil y el que los padres consuman drogas o alcohol como una manera de “escapar” de la realidad.


Un adecuado funcionamiento familiar, con relaciones estables, miembros unidos que se adaptan a los cambios que se presenten, que se encuentran satisfechos con su familia y que tienen una comunicación fluida entre padres e hijos, disminuye la probabilidad de presentar conductas antisociales.

Como sociedad no podemos olvidar esto y simplemente señalar a las autoridades y exigir cambios de la noche a la mañana.

La Universidad del Conde siempre ha buscado, por medio de la Fundación del Conde, incidir en un mejor nivel de vida familiar por medio de la educación y el deporte, para lo cual ha desarrollado diferentes programas de becas para estudios al 100 por ciento, así como su programa deportivo “Mexicah UDC”, mediante el cual se invita a niños y jóvenes a participar en las diferentes categorías que conforman la práctica del fútbol Americano, practicando este deporte sin pagar un solo peso y a la vez ofrece el que toda la familia se integre a estas dinámicas, apostándole con esto a incidir en fomentar un estilo de vida más saludable en familia.

Pero quizás la respuesta más contundente que la UDC ha dado para formar parte de la solución al combate de la violencia en sus diferentes facetas ha sido la creación de la carrera Consejería y Educador en estrategias de prevención de Conductas Antisociales.
Con esto se busca la profesionalización de cuadros laborales que se incorporen a diversas organizaciones gubernamentales en sus diferentes niveles; educativas y sociales y no gubernamentales, con el objeto de formar un verdadero “ejército de paz” que a mediano plazo sea una de las soluciones al problema de la violencia incontenible en nuestro país.
Mayores informes de esta carrera en la página: tsuconsejeria.com

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