Vivir en el Golfo
LA HERENCIA DE LOS POLÍTICOS
En las últimas horas, los ciudadanos mexicanos nos hemos indignado con las imágenes subidas a la red de internet por el joven Óscar Bautista Alvarado, hijo del diputado del PRI en San Luis Potosí Óscar Bautista Villegas, donde se videograba con tres amigos quemando billetes de 200 y 500 peros para encender sus cigarrillos.
Ante ese hecho que mantiene divertidos a los Juniors presumiendo entre risas y carcajadas, el recipiendario del escarnio, por supuesto, fue su padre el diputado local del PRI en San Luis Potosí.
Ni tardo ni perezoso, el flamante diputado salió al paso en defensa de su hijo y recitó las justificaciones que dicta el manual del sinvergüenza: “Son golpes políticos de contra el PRI en tiempos electorales”, “Qué padre no tiene hijos que cometen errores” e incluso la amenaza “Cuídense mucho, porque ustedes también tienen hijos. Yo se los digo a ustedes nada más y aquí andamos en casa del jabonero, el que no cae resbala. Hay que cuidar mucho a la familia”. Nooo pos ta cabrón.
A simple vista el señor diputado tiene razón, el hecho no debería afectarle, pues no le han afectado anteriores circunstancias, como esa donde se filtró un audio en el que se escucha que amenaza a campesinos diciéndoles que “el día de la elección, estarán siendo vigilados vía satélite si es que no votan por el PRI”, o como la otra con la clásica “No sabes con quién te metiste”, dicho al policía de tránsito por intervenirlo por infringir el reglamento, no tener ni placas ni licencia de manejo.
Digo, ni usted ni yo somos ajenos a ese cuadro, hemos contemplado tantas veces esta postal que ya nos parece un paisaje cotidiano.
Mire usted, ya que a los políticos les tocó la dicha de vivir agarrando dinero del cajón de los impuestos de los mexicanos, por supuesto que no estarán pensando en que sus hijos se forjen en prestigiadas universidades y hagan carrera en la industria, el comercio, la ciencia y el desarrollo de su país, como pensaría cualquier padre orgulloso en una sociedad avanzada.
Por supuesto que no, el dinero, el poder, los reflectores, los verdaderos negocios sin arriesgar nada como cualquier inversionista, están en la política y esa es la herencia que se les deja.
Por eso para el diputado Óscar Bautista Villegas de San Luis Potosí, las muestras de prepotencia de su hijo le indican que va por el camino indicado, el de la soberbia, el de la ofensa para los trabajadores que solo recibieron 2 pesillos de aumento este año, el de las madres que dejan a sus hijos solitos para irse a lavar ropa por menos de 50 pesos la tina, el del hombre desempleado que ante los llantos de hambre de sus hijos, sale a jugarse la vida en lo que sea con tal de llevarles de comer.
Es decir, el expediente que abulta el inmisericorde currículum del diputado no bajó, aumentó y al igual que sus hijos lo habrá festejado a carcajadas con sus amigos los diputados del PRI, que ya salieron a pronunciarse en su defensa.
¿En verdad cree usted que los políticos no van a cambiar este país? Claro que no, ni los del PRI, ni del PAN, ni los del PRD y por supuesto, tampoco los de Morena.
La visión de los políticos es pues dejar incrustada en la política a su descendencia, las generaciones que sean necesarias, por ello ve usted que en estos momentos gobiernan el país los hijos de los políticos viejos y mañana gobernarán sus nietos.
Por ello mi pregunta: ¿Cuántos chamacos hijos de los políticos conoce usted que ya andan en la política? ¿Verdad que si?
LARGA HISTORIA DE LOS HIJOS DE PAPI
Vimos al líder de los trabajadores petróleos Carlos Romero Deschamps regalar a su hijo un Ferrari de 25 millones de pesos, a su hija Paulina presumiendo en Facebook paseando por el mundo en jet privado, llevando a sus cuatro perritos. El Coordinador del Infonavit en la zona sur del país Heliodoro Carlos Díaz Escárraga presumió en redes el Porsche Cayman que regaló a su hijo. Andrea Benites, la hija del titular de Profeco Humberto Benites consiguió la renuncia de su padre al ordenar la clausura de un restaurante de Polanco porque no le asignaron la mesa que ella quería. Digo, la lista es interminable y seguirá adornando a la política porque ellos no van a cambiar nunca ¿O usted cree que si?
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