@suntos del Poder 4
*Lo importante no es llegar al poder sino mantenerse en él
Si la alianza entre el Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, se repite una vez más, lo cual es casi seguro que así sea, el Revolucionario Institucional tendría una derrota más en Veracruz para el 2017, más aún, si el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, ya cumplió para ese entonces con su compromiso de campaña de encerrar a esa runfla de facinerosos que dejaron al estado en banca rota.
Es más, si me permiten, la derrota podría llegar hasta el 2018, lo que significaría que el PRI se estaría despidiendo por segunda ocasión en su historia de la silla presidencial, ya que el descontento social en su contra no sólo es en Veracruz sino en general en todo el país.
La mala actuación de la mayoría de los gobernadores del tricolor y de sus legisladores federales, que aprobaron reformas como la energética, la educativa y la hacendaria, que lejos de mejorar la situación de Veracruz y de todo México la agravaron provocando que el número de pobres se incrementara notablemente en el país, será sin duda una de los principales causas por la que el PRI, sufrirá tremendo descalabro.
Como era de esperarse los liderazgos nacionales del PAN y del PRD, ya están cantando por adelantado que irán nuevamente en alianza en las elecciones de Veracruz para el 2017, sobre todo por que la coalición “Unidos para Rescatar Veracruz”, logró una gran hazaña al sacar al PRI del gobierno de Veracruz, al igual que en otras entidades que eran considerada7s bastiones priistas.
Sin importar que las alianzas contradigan los principios de sus partidos los panistas y los perredistas, ya vieron el camino para hacerse del poder y con ello, del dinero fácil y sin duda alguna lo seguirán haciendo en todo el país.
Los mexicanos sólo esperan que a los del PRD no se les vaya ocurrir postular para puestos de elección popular a corruptos de la talla de Rene Bejarano, mejor conocido como “El Señor de las Ligas”, quien fue evidenciado en televisión “embuchándose” decenas de fajos de billetes y hasta las ligas o como los “Reyes de Iguala”, José Luis Abarca y su “madame”, María de los Ángeles Pineda, responsables de la desaparición y ejecución de casi medio centenar de estudiantes de Ayotzinapa.
O al PAN a otros politiquillos de la talla de Roberto Gil Zuarth, exsecretario privado de Felipe Calderón, a quien se acusó en su momento de haber recibido 800 mil dólares para hacer posible la instalación de casinos en beneficio de algunos empresarios o el exdirector de Pronósticos para la Asistencia Pública, Jesús Villalobos López, quien fue inhabilitado por 10 años y castigado con una multa de 161 mil pesos por haber dispuesto, en su propio beneficio, de recursos del erario… No nos vaya doler más la cura que la mismita enfermedad.
Que no se les olvide que la alianza del PAN-PRD fue creada, al menos en el papel, para hacer un cambio verdadero y sacar a los malos de los gobiernos.
Sin embargo, hay que ser realista, no fue precisamente el PRD quien hizo ganar al PAN en Veracruz y otras entidades, sino el mismo PRI y sus malos gobiernos, pues en el recuento de votos, el Sol Azteca, no le aportó al blanquiazul ni el 10 por ciento del total de los que obtuvieron como alianza.
Es más, el PRD sigue en riesgo de perder su registro luego de la desbandada de militantes que sufrieron antes del 5 de junio pasado y que fueron a parar con la “negra” que trae en la mano el oriundo de Macuspana, Tabasco, Andres Manuel López Obrador, ese partido que dicen que disque regenerará a México.
El chiste es que el PAN y el PRD no pierdan el piso porque, siendo justos, no ganaron por sus propuestas políticas-electorales sino por los errores y corruptelas cometidas por los integrantes del gabinete de Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz, es decir, 60 por ciento de lo logrado fue producto de un hartazgo social contra la corrupción, la impunidad, los excesos y abusos de los hijos de la fidelidad... LO IMPORTANTE NO ES LLEGAR AL PODER SINO MANTENERSE EN ÉL CON LA VENIA DE UN PUEBLO SATISFECHO Y BIEN ATENDIDO. ¿O no?
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