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jueves, 1 de marzo de 2018

ARTICULISTA INVITADO: RAFAEL ARIAS HERNÁNDEZ



AUTORITARISMO, INEFICIENCIA Y  DELINCUENCIA  GUBERNAMENTAL.



A 272 días del fin del período oficial,  la situación empeora. Con economía desatendida y en recesión, aumentan los veracruzanos  en pobreza, hambre e inseguridad.

Tan solo para 2017 son reportados más de 2,200 homicidios;  genera casi 800 pobres diarios; y  destaca en el país, de 2012 a 2017, como el de mayor crecimiento de  pobreza laboral,  al pasar  de 45% a 54.4% (México como vamos. Basado en CONEVAL.230218)

La misma fuente oficial,  sostiene que 4 de cada 10 mexicanos,  están en pobreza laboral. El 41% no puede adquirir la canasta básica, cuyo costo   aumento 9%  a fines de 2017. Inflación, baja capacidad de compra. Aumentan  pobres  en 1.8 millones, para llegar a 50.8 millones en pobreza salarial. (Gobernantes.com.140218)

Se comprueba, que quienes gobiernan no pueden; y además, facilitan o provocan el debilitamiento y la quiebra de instituciones. Gobiernos autoritarios, simuladores y encubridores

Patético y deplorable querer silenciar y, reprimir, ocultar  o ignorar  trabajos periodísticos,  denuncias ciudadanas,  acciones de la sociedad civil e investigaciones académicas, que señalan como la ineficiencia y delincuencia  afecta y caracteriza a muchas dependencias oficiales, ocasionando  pérdida de credibilidad y confianza. Desde siempre, se sabe que innumerables delitos no se denuncian, o institucionalmente se ocultan o minimizan. Sin duda, la inseguridad es mayor de lo que oficialmente se acepta.

MÁS HARTAZGO E INCONFORMIDAD SOCIAL.

Así que crecen  pérdidas y rezagos sociales, en gran parte ocasionados, permitidos o alentados por los principales responsables: tanto por el gobierno estatal del PANRD, como el federal del PRIVERDE. Conocidos y padecidos paladines o malandrines, de más de lo mismo…y peor.
Gobiernos acusados y cuestionados, por estar integrados y  a cargo de demasiados incompetentes y hasta de malhechores, en buena parte dedicados a beneficiar sus intereses personales, familiares y de grupo. Intocables y reciclables, que se encubren y protegen, para mantenerse en el poder dizque “para servir a la sociedad”.

¿Enriquecimiento inexplicable? Por favor.

Imparables llevan al estado y  país, de mal en peor.
Y hay que insistir y repetir. Lo importante, lo prioritario de un buen gobierno  son los seres humanos, que se deben atender  bien y a tiempo. No los gobernantes, ni los políticos.

Desafortunadamente, en buena medida esto no sucede, ya que someten a la población a más y más limitaciones y sacrificios; para incluso aprovecharse de sus  desgracias  con despensas, subsidios, apoyos, becas e infinidad de acciones asistenciales o clientelares,  mal administradas  y muchas orientadas  a influir y condicionar las elecciones; y a imponer la minoría mayoritaria en el gobierno, caracterizada por abyectos e incapaces. Simple presencia e influencia del hampa electoral.

LOS MISMOS…MÁS AUTORITARIOS

En la creciente crisis institucional,  es lamentable y evidente,  que en su seno crecen y se fortalecen  autoritarismo, nepotismo, ineficiencia, corrupción, simulación e impunidad; ya es costumbre,  saqueo de recursos públicos, y uso y abuso de atribuciones e instituciones, incluso para favorecer concesiones y privatizaciones que resultan lucrativos negocios personales, familiares y de grupo;  al mismo tiempo que se desatienden o no se satisfacen necesidades básicas sociales, y se reducen, agreden o conculcan libertades y derechos humanos.

Eso sí, se persiste en el exhibicionismo y se recurre con más frecuencia  al autoritarismo y la arbitrariedad oficiales.

Prohibido manifestarse y protestar contra  ineficiencia y  delincuencia gubernamental, porque en alguna forma  la agresión y represión oficial es la respuesta.
Prohibido denunciar o señalar errores y fracasos, pérdidas y deficiencias, porque se ofenden  los autoritarios y simuladores.

En suma, prohibido hacer uso de libertades y derechos, así como exigir más presencia y participación ciudadana y social, para en verdad fiscalizar, evaluar y contribuir al esfuerzo colectivo para mejora y superación.

Y ahí siguen en los gobiernos,  los principales causantes y responsables, de la resistencia y la desobediencia civil  que,  con razón y derecho,  ya se expresa de muchas formas. 

Esos de siempre, que llegaron y están en el poder, para no poder;  y
muchos para aprovecharse de recursos públicos  e instituciones, para beneficiarse, enriquecerse y ser parte de la escandalosa ineficiencia y delincuencia en el gobierno. Esos, los que están; los que ya se van: los mismos que necesitan de la continuidad de la impunidad.

Por lo pronto, insistir que aumentan  inconformidad y  hartazgo social.
Y también repetir, que mantienen a Veracruz en recesión, más pobre, hambriento, e  inseguro.

Preocupa que ante contextos nacional e internacional adversos, se pronostique y alerta,  que  la difícil situación va empeorar. De ahí que  deben  reclamarse más eficiencia, efectividad y capacidad a quienes gobiernan. Incluso, simple y sencillo, preguntar y evaluar, ¿si pueden o no pueden con el cargo? 

Hablo de ejercer poder y cumplir con el deber que,  en todo caso,
exige transparencia objetiva, información actualizada y confiable; diagnóstico  real y fiscalización efectiva; participación y evaluación ciudadana y social permanentes; y desde luego una clara, precisa y pertinente estrategia que incorpore “los cómo y los cuándo”, “los con qué” se cuenta, para alcanzar los objetivos y metas. Esos  imprescindibles “para qué”, que motivan y facilitan la unificación de esfuerzos.

Ante las evidentes opacidad, desinformación y simulación oficial. Obligado insistir: ¿De qué tamaño es el daño recibido y cuál es ya, el acumulado por el gobierno actual?
¿A cuánto asciende el total-total de deuda pública estatal y municipal?

¿Dónde están los miles de millones de pesos presupuestados y desaparecidos? ¿Y los resultados de la entrega recepción? ¿Cuántos despedidos y nuevos contratados van? ¿Renovar o autorizar más concesiones y privatizaciones, para beneficiar a quienes? ¿Cuál es el costo de la reestructuración de la deuda? ¿Por qué sostener a funcionarios ineptos o mediocres con ofensivos súper-sueldos y beneficios especiales?

Al final, lo determinante son y serán los hechos, los resultados positivos  comprobables.

Resultados  que son difíciles de identificar y señalar si no hay seguimiento, control y evaluación; si  no interesa, porque se sabe, que  hay pocos logros y avances, o simplemente no los hay; o incluso,  porque se ignoran o minimizan ante un ambiente de insulto, denostación, distracción y manipulación, propio de la época de elecciones, en la que escándalo y enajenación dominan

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