LA ERA DE ENDEUDUARTE
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En la
aldea sigue el discurso prometedor del gran salto, para terminar en otro asalto.
No aparecen miles de millones de pesos, consignados en los presupuestos
estatales. Persisten y resaltan opacidad y rapacidad, personal o de grupo.
Sin
precedente la lavandería de la Contraloría, convertida en jugosa empresa
familiar. Sobresaliente ejemplo de que las tapaderas, no tienen llenaderas, ni
principios, ni valores, ni moral.
¿Lo mismo
se reciclan con los que vienen, como con los que se van?
ENDEUDAR
SIN JUSTIFICAR
Pobre
Veracruz de hoy, y de las próximas generaciones. Hasta el momento, no se sabe
de qué tamaño es el daño; perdura el gran misterio, el secreto mejor guardado, ¿qué
de los obligados a informar y rendir cuentas? ¿Y los fiscalizadores
encubridores y socios?
Cada vez
más y más veracruzanos se preguntan cuál es el total-total de la deuda pública
estatal que, eso sí, estamos todos obligados a pagar…con intereses, recargos y
otros servicios.
No se
sabe lo que se debe, pero eso sí, hay que pagar a ciegas y a padecer las
consecuencias, más limitaciones, sacrificios y sufrimientos.
Alienta
saber que es notorio el aumento de indignación e inconformidad en todo el
estado. La condena se generaliza, contra autores materiales e intelectuales
del injustificado endeudamiento público.
Crece merecido reclamo y desaprobación
social.
A veces,
en el imperio del no pasa nada; o en la aldea veracruzana, de la reciclada complicidad y la descarada impunidad, hay algunos casos
excepcionales, cuando se lleva a comparecer ante la justicia, a pequeños o
insignificantes, como presuntos responsables de pésima administración y
quebranto financiero. Show y entretenimiento. Simulación y distracción del
¡Nuevo Sistema Nacional Anticorrupción”.
Incluso, si
son procesados, y hasta rescatados y restituidos parte de los bienes y recursos
oficiales desviados, ocultados o perdidos. Por desgracia en su generalidad,
complicidad e impunidad dan a todos
seguridad, los hacen intocables. Pocos, muy pocos van a la cárcel, junto a
encubridores, cómplices y socios. La mayoría escapa a la justicia y disfruta de
su cosecha, de su fortuna mal habida.
Es más
algunos, sin recato continúan en el gobierno, pasan a otros cargos y se
reciclan en la continuidad de la impunidad.
En todo
caso el colmo para todo veracruzano es quedar
endeudado, sin recursos y obligado a pagar lo que se supone, era para
atender necesidades básicas sociales, para asegurar el futuro.
Endeudar injustificadamente
al gobierno, mal administrar, peor utilizar y saquearlo para fines personales, de una y mil formas,
incluyendo las famosas “empresas fantasmas”.
Así, la
descomunal e injustificada deuda pública se ha convertido en política
predilecta, para afectar a los que no
han nacido.
MÁS DEUDAS
PÚBLICAS EN VERACRUZ.
Imprescindible insistir y señalar posibles defectos, errores y pérdidas en los manejos financieros
públicos locales, tanto estatales como municipales.
Sus
efectos conocidos y padecidos se sienten más en administraciones y finanzas
locales sometidas, debilitadas e
insuficientes ante las inmensas y crecientes necesidades sociales.
En cada
lugar se prueba, que tanto planeación
como fiscalización y evaluación son pura
simulación. Y que con ineficiencia
y delincuencia no hay presupuesto que alcance.
Y para la
mayoría, como es costumbre crecen limitaciones y sacrificios, pobreza, inseguridad,
marginación, hambre y sed; y en
general, se complican o alejan servicios públicos que, o no hay, o se obtienen caros y de mala
calidad.
Nada
nuevo en la política y forma de gobernar en Veracruz. Se anuncia, dice y
presume una cosa; para acabar constatando que ocurre todo lo contrario. O
simplemente, el asunto se minimiza o sustituye en el discurso y boletín oficiales.
Nada
nuevo. Más agua al ahogado; más cuerda
al ahorcado.
Minusválidos
fiscalizadores, encubridores por decreto
y conveniencia, excepciones aparte, son insensibles a todo, excepto al puntual
ejercicio de sus cuantiosos presupuestos y a la contratación de innumerables
despachos y profesionales afines a su minusvalía. Unos y otros, encargados y
hasta orgullosos de que todo es legal”;
todo “checa y cuadra”; todo bien lavado, planchado y almidonado en los resultados que se hacen públicos. Total,
bien se sabe que no pasa nada.
DE MAL EN
PEOR, LA SITUACIÓN MUNICIPAL
La real
realidad se impone. Carencias y
contradicciones, se hacen sentir en casi todos los pueblos veracruzanos
y sus gobiernos sin disciplina financiera.
Estas y
otras deficiencias, abusos y posibles
conductas delictivas, pueden visualizarse al consultar la información disponible en el portal de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHYCP), sobre deuda municipal
reportada y registrada.
Se debe advertir
e insistir, que se trata de deuda
pública bancaria y de valores, que solo es una parte de la deuda pública
oficial, no la única como frecuentemente se quiere hacer creer.
La
referida, da una idea de parte del volumen de recursos comprometido, así como
de responsabilidades y hasta delitos
cometidos, que se deberían denunciar.
Sólo como
adelanto, se puede observar que la deuda
estatal de Veracruz, en sólo los
primeros tres años del sexenio que concluye, paso a ser más del doble; y que la deuda municipal
sigue sus pasos, desquiciando y debilitando a sus gobiernos.
Sobresalen
municipios que agrupados, representan
poco más de la tercera parte del total, también en millones de pesos
corrientes. Como Tuxpan, Veracruz, Coatzacoalcos, Xalapa, Poza Rica, San Andres
Tuxtla y Cosoleacaque.
En todos
y cada uno está pendiente de exigir, el
cumplimiento de la norma constitucional que obliga a convertir deudas, en obras
públicas o inversiones productivas. ¿Qué dicen las autoridades de temas como la
bursatilización, “el peso por peso”, los fondos federales no entregados, los
pasivos laborales?
En fin, los
gobiernos municipales van a su último año, en un contexto estatal de
alternancia
y hasta de cambio demandado por los veracruzanos.
El nuevo
Congreso Estatal, tiene la oportunidad, de detener el deterioro
administrativo y el quebranto financiero
de muchos municipios.
También,
se espera que las nuevas administraciones no se conviertan en tapaderas o cómplices y denuncien los hechos
correspondientes; o que los fiscalizadores den la sorpresa y hagan bien su
trabajo.
En
Veracruz todo es posible, hasta lo
correcto.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez
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