FESTEJAR
INEPTITUD Y CORRUPCIÓN.
A 466 días del
final y Veracruz sigue en recesión económica, con más pobreza, hambre,
inseguridad, y crisis de las finanzas públicas estatales y municipales.
Situación que ha llevado a comunidad y representantes de la UV, a
mostrar importancia y alcances,
del conocimiento y experiencia,
para mantener a flote la institución, a diferencia del resto de dependencias
estatales sujetas a inestabilidad y falta de pago.
El gobierno del
PAN-PRD, hasta hoy es de alternancia del empleo al desempleo, sólo en registros
del IMSS, en siete meses se han perdido 15, 679 empleos formales.
El daño es
mayor, ya que no se cuentan otras fuertes afectaciones como la baja de la
actividad industrial; ni sus propios despidos gubernamentales, porque no se
informa, ni se sabe de ellos.
Inexplicable,
que con tantas potencialidades, no se dice y menos se
hace algo para
enfrentar lo evidente. Nada raro que la opacidad, se empeñe en ocultar la
incapacidad.
Injustificable
porque, bien se sabe que históricamente en México, salvo excepciones, entre más combate el
gobierno a la pobreza, más crece y se aprovecha de ella.
Lección repetida
y padecida, pero hasta hoy no aprendida. En política económica y de desarrollo
social oficial, prevalece y domina, simulación
y retrocesos; y también, aprovechamiento del asistencialismo y los programas de
desarrollo social.
No es nuevo que
incapacidad e ineficiencia caracterizan a quienes usufructúan los cargos más
importantes, tanto federal como estatal. La ineptitud no tiene sexo.
Pobres más
pobres. Ahí están hechos y causas, que imponen tan lamentable situación, tan
solo en julio se perdieron 5,625 empleos formales, un promedio de -188 diarios;
lleva 3 meses seguidos (mayo, junio y julio) de pérdidas de registrados en
IMSS, más muchos otros y la
creciente informalidad.
ATENDER EN
SERIO, ECONOMÍA Y FINANZAS PÚBLICAS.
¿Cómo se quiere
que la inseguridad disminuya, por más coordinación con la federación y los
municipios, por más personal y recursos
que se canalicen, si crece y crece, la fábrica de pobres, desempleados,
miserables, hambrientos y marginados?
Para quienes
gobiernan, ¿lo primero no es lo primero?
Desde hace años,
en México, es inocultable la mala y peor administración gubernamental y el
desastre de sus finanzas. Así como, el indolente uso y abuso de dependencias y
sus atribuciones institucionales; y en general, la arbitraria y
discrecional disposición del patrimonio
y recursos públicos.
Todo esto y más,
apoyado en una costosa y descarada enajenación y
distracción públicas, sostenida mediante
manipulación y entretenimiento
social.
Así, no es raro constatar
que lo peor se vive en época de elecciones (Veracruz vivirá 4 años seguidos),
porque quienes gobiernan, siguen cada vez más dedicados a lo que más preocupa y
ocupa: ganar o mantenerse en el gobierno; entregarlo a incondicionales; y conservarse intocables
y reciclables para otros cargos públicos, en la continuidad de la impunidad.
ABSURDO AGASAJO
DE LOS 25 AÑOS
El colmo, es
festejar lo que fue obligadamente creado como paliativo, ante el acostumbrado y
creciente fracaso de las políticas públicas, particularmente las de fomento
económico y empleo, bienestar y desarrollo social.
En Veracruz casi
5 millones de pobres y 1.5 de miserables y hambrientos, no tienen que festejar.
Atónitos y estupefactos, ¿son invitados
a festejar qué?
A homenajear el
deber no cumplido, los objetivos prioritarios no alcanzados.
Eso sin
mencionar que mucho de lo creado y fortalecido en asistencia y desarrollo
social, tiene serios y sustentados cuestionamientos, ya que ha servido y sirve para
beneficiar y favorecer, innumerables políticos, gobernantes y servidores públicos,
tanto presupuestal como política y electoralmente.
¿Festejar que se
aprovechen de las limitaciones y sacrificios crecientes, de quienes se
convierten en miserables y hambrientos
condicionados a la ayuda o asistencia, con facilidad indefensos y manipulables?
Al problema
ancestral de pobreza y marginación, al
reto permanente de crecimiento económico, oferta de empleo, ingreso y
prestaciones dignas.
A las
innumerables dificultades para alcanzar, la vieja y nueva aspiración de
aumentar el bienestar social y la calidad de vida, hay que agregar complicaciones y problemas, que ocasionan los contextos nacional e internacional; y, desde luego, la creciente y escandalosa ineficiencia y delincuencia, dentro y fuera de
los gobiernos.
Y por si fuera
poco, a la irresponsable política económica gubernamental, ahora hay que
agregar su ineficiencia, que ha llevado a presiones inflacionarias,
desestabilizadoras y generadoras de más desigualdad, pobreza y hambre.
En efecto, la
inflación está otra vez presente, causando las tan conocidas como indeseables consecuencias,
en la poca capacidad de compra y en el de por sí, bajo nivel de vida de
millones y millones de mexicanos.
Inflación que,
como un incendio, se quiere acabar a gasolinazos, a discursos, escapismos, simulación y viejos
procedimientos.
Eso queríamos,
eso tenemos. Pasamos de mal a peor. ¿Quién quiere más complacencia y
negligencia, complicidad y simulación?
¿A quiénes favorece un gobierno ineficaz?
Y hay que
repetirlo, frente a estos colosales y nuevos desafíos, excepciones aparte, imperan y repiten mismas fórmulas y medidas experimentadas. Y eso que estos son
tiempos de gobiernos y partidos del
cambio.
La diferencia es
que ahora se conocen y difunden más rápidamente fracasos, daños y pérdidas;
responsables y culpables.
Negaciones de la
realidad, manipulación de hechos, verdades a medias. Todo para no enfrentar a
fondo y en forma los graves problemas. Mediocridad e ineptitud van de la mano
con delincuencia e impunidad.
Realidad y fantasía.
Circo, maroma y teatro como respuesta a los arrolladores hechos que muestran lo
que es y lo que pasa. Demagogia y simulación, como en los viejos tiempos que
tanto se criticaban. Más de lo mismo, pero ahora, lo mismo sin más. Ven la
tempestad y más ahogan. Pobreza y más pobreza es, simplemente, resultado
inocultable.
Así, ¿qué
festejar? Si ni siquiera hay padrón
único de beneficiarios federal y estatal. ¿Qué festejar? Si se impone
conveniencia y no hay transparencia.
Escapismo y
simulación. ¿Hora de exigir que simple y sencillamente se cumpla con el deber
contraído?
Lo más fácil es
dejar hacer y dejar pasar; la política del avestruz llevada al extremo, que ni
cumple ni hace cumplir.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH
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