Agustín Basilio de la Vega
México tiene hoy en día su tercer gobierno desde el siglo XX marcadamente populista, el primero fue el de Lázaro Cárdenas en los años treinta. Se repartió la tierra, se estableció la educación socialista, se expropiaron los pozos petroleros y los ferrocarriles. En general se consolidó la dicta-blanda post revolucionaria paternalista con el “Tata”.
En aquello días, otras dictaduras estaban en su apogeo: los fascistas de Mussolini en Italia, los nazis de Hitler en Alemania y los comunistas de Stalin en Rusia.
Tuvo que venir el gobierno del general Manuel Ávila Camacho para corregir el rumbo de México pues con él se logró el respeto a la libertad religiosa, detener las políticas socialistas y subirse a la “ola dorada” del crecimiento económico mundial entre finales de la segunda guerra mundial y los inicios de los años setentas.
Durante estos periodo, los países que abrazaron el “capitalismo” como fue el caso de México, crecieron económicamente.
En nuestro país, el desarrollo estabilizador impulsado por Ortiz Mena, es el mejor ejemplo de esta época “neoliberal” o de libertades de emprendimiento, económicas y de generación de empresas.
El segundo periodo marcadamente “populista” es la llamada docena trágica que comprende los gobiernos de Echeverría y López Portillo. Este periodo se denominó oficialmente del Desarrollo Compartido” que se caracterizó por el abuso del gobierno en la intervención de la economía. La estatización llegó al extremo de “nacionalizar” hasta los bancos y el Estado Mexicano llegó a tener más de mil empresas paraestatales. La inflación y las devaluaciones destruyeron patrimonios y los ahorros de millones de mexicanos. Durante esta época, el entonces joven López Obrador fue priista y se formó políticamente.
Con el presidente De La Madrid y especialmente con Salinas, se realizaron las primeras reformas estructurales que arraigaron en México la libertad religiosa, la libertad educativa y el respeto a la propiedad privada. En materia económica, México se abrió al comercio internacional, dejó de tener “petrolizado” el presupuesto, diversificó sus actividades productivas, se corrigió la creciente inflación y se detuvieron las devaluaciones del peso.
Zedillo, Fox y Calderón consolidaron la democracia, se forjaron instituciones en materia de transparencia, seguridad social, protección del medio ambiente etc. y se construyeron miles de obras de infraestructura que hoy hacen de México la economía no 15 a nivel mundial y una plataforma logística en América del Norte.
El mal gobierno de Peña,marcado por fuerte corrupción y frivolidad, hizo que ganara López las elecciones del año pasado dando inicio a una tercera etapa populista en la que se destacan políticas clientelares (reparto de dinero) intervención del estado en la economía (más créditos para Pemex) y la construcción de obras sin sustento técnico y con recursos públicos (Aeropuerto de Santa Lucia, Refinería de dos bocas y Tren Maya) a cambio de cancelar obras como el NAIM y de reducir presupuesto a la investigación, la cultura y salud entre otras áreas.
Durante todos estos años, El PAN ha defendido desde la oposición y en el gobierno, la democracia, los derechos humanos y las decisiones económicas, políticas y sociales fundadas en la “Técnica” de la que en 1928 Don Manuel Gómez Morin refería en texto 1915 y otros ensayos: “Es posible otro camino: el de la Técnica. Técnica, que no quiere decir ciencia. Que la supone; pero a la vez la supera realizándola subordinada a un criterio moral a un ideal humano”.
México no merece tantas ocurrencias, requiere de un buen gobierno que investigue disciplinadamente cada problema y sus soluciones para encontrar la exacta naturaleza de los retos, no debemos escatimar en hacer diagnósticos y estudios fiables antes de emprender acciones y obras. Es falso que gobernar sea fácil. Al tiempo.
@basiliodelavega 8 de julio de 2019
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