POR JESÚS VÁSQUEZ PINO
Veracruz, Ver.- Juan Carlos Pacheco López, su nombre y de oficio Cura en la Iglesia “San Juan Bautista” de Cuitlahuac, en la zona centro de Veracruz, fue acusado recientemente de haber abusado de una menor de edad de 14 años, pero lo más grave y delicado de este asunto que el obispo de la diócesis Eduardo Patiño Leal lo protegió durante mucho tiempo.
El escándalo sale como noticia nueva en la zona centro de Veracruz, donde muchos curas, sacerdotes siguen en la mira de las autoridades judiciales acusado de los mismos delitos, los de siempre: tener relaciones sexuales con menores de edad y en otros casos, los que nunca se denuncia, los que están en el silencio de los inocentes: violaciones.
El vaticano sabe, conoce de lo que acontece en el mundo con sus curas.
Veracruz no está fuera de esos casos, en Cuitahuac, ya fue separado de su parroquia el sacerdote Juan Carlos Pacheco.
Los votos del celibato ya no existen, y los hombres de buena fe, quedaron atrás. La vieja escuela del seminario como la que impartió un día con su buen ejemplo de don Rafael Guizar y Valencia ya no la recuerdan. Los excesos de poder siguen y a pesar de las leyes que impuso el ilustre y venerable Benito Juárez García se mantiene de manera unilateral.
El poder del clero se impone en este país mexicano como resalta la persona del obispo Onésimo Cepeda Silva (amigo de ricos, de personajes políticos) y su palabra se impone en las decisiones de muchos gobernantes.
Entonces, la “Ley divina” es pisoteada por los sacerdotes que abusan de su sexualidad de manera libre y cometen sus crímenes co0mo el ya famoso “Padre amaro”.
El obispo Patiño sabe de muchos casos y son pocos los sacerdotes que son retirados del servicio ante Dios.
Quién o quiénes tienen más culpa.
Nuestro país lleva el sello en la historia de la Iglesia Católica como el liberal Samuel Ruíz que abandero las causas del Ejercito Zapatista.
Existen otros casos de labor humana, del gran altruismo de muchos sacerdotes como lo fue el Padre Martín del Campo.
Pero es doloso lo que pasa, de lo que en ocurre en Veracruz con esos curas violadores y que rompen el Celibato al tener sexo con mujeres y hasta esposas. Por cierto don Carlos Bonilla Machorro en la Cuenca del Papalopan pasó a la historia por encabezar movimientos de la sociedad como en Carlos A. Carrillo y al lado de la lucha cañera y de la izquierda. Fue parte del nuevo periodismo que señalaba en directo lo que afectaba a la sociedad, fue crítico al sistema, pero sobre todo murió con la frente en alto. ES TODO.
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