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viernes, 27 de noviembre de 2020


 Hablemos de Foot Ball

Como un homenaje al astro argentino Diego Armando Maradona después de su partida para reunirse con Dios, ahora convertido en vida por méritos propios en una leyenda, recordaremos en varias columnas los momentos deportivos que lo hicieron brillar a nivel mundial como un genio del foot ball.

Su participación con el seleccionado argentino durante el Mundial de México 1986 fue sobresaliente, aquí Argentina ganó su segundo título mundial. El grupo de la primera clasificación que le tocó a los pamperos no fue fácil; el primer partido lo jugó con Corea del Sur, a quien venció por marcador de 3-2. El segundo juego fue contra Italia, empatando 1-1 y el tercer juego clasificatorio fue contra Bulgaria, logrando una victoria de 2-0.

En la fase de octavos de final, Argentina venció a Uruguay 1-0, en la siguiente ronda de cuartos de final se impuso a Inglaterra de 2-1; en semifinales obtuvo el triunfo sobre Bélgica 2-0; llegando a la gran final donde se enfrentó a Alemania con un marcador favorable de 3-2 para lograr la corona mundial bajo la conducción de Carlos Salvador Bilardo, quien ese día lloró de alegría por este gran logro. Resulta obvio resaltar el papel brillante de Maradona para obtener este triunfo.

Destacan los dos goles hechos a Inglaterra, el gol que hizo con la muñeca, llamado el gol de la mano de Dios, ya comentado en otras ocasiones; y el segundo es como lo describió Jorge Valdano, ex volante de la selección de Argentina que fue una obra de arte; hasta el mismo portero de Inglaterra, Peter Shilton elogió el gol, cuando vio la jugada como venía Maradona, los defensores no sabían cómo detenerlo, corría con una velocidad increíble y cuando se detiene junto al marco, defendido por Shilton, el astro ve que sale a taparlo, le hace un amago, juega la pelota en corto y anota el gol, fue un gol extraordinario, digno de la magia del gran Maradona, quien fue declarado “el mejor jugador del mundo”.

Amigos sean felices y hasta la próxima.


Su amigo Juan Manuel Cortés.

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