El Baldón: Los préstamos estudiantiles. ¿Trampa electoral?.
El presidente Calderón anunció con bombo y platillo, es decir, con gran cobertura mediática la aprobación de dos mil quinientos millones de pesos para prestar a estudiantes de escuelas privadas, para que pudieran estudiar licenciatura o cursos de posgrado como maestrías y especialidades. Los préstamos serán de hasta $215,000.00 para licenciatura y $280,000 para maestría.
En principio habría que analizar si en una escuela privada alcanza ese dinero para estudiar. Verificando en las páginas web de las universidades de primer nivel, me encuentro que el semestre cuesta alrededor de $60,000.00 de colegiaturas, más el hospedaje y la alimentación, cuando la familia del estudiante no habita en la misma ciudad en que esté ubicada la universidad. Visto lo anterior, los préstamos anunciados alcanzan para año y medio de universidad, pero las carreras son de cinco años en promedio, así que estudiantes sin recursos económicos no podrán acceder a ellas, con lo cual se vuelve discriminatorio el programa, ya que va dirigido más bien a clases medias y deja fuera a las clases bajas.
Una vez definido el mercado objetivo, llama la atención la relación entre el apoyo de la clase media al partido del presidente, y la existencia de programas como éste, dirigidos a ese mismo estrato social.
Me puse en los zapatos de un joven que quiere estudiar licenciatura y maestría y sin conocer las reglas de operación del programa, decidí hacer un ejercicio matemático sobre las siguientes premisas: durante los años de carrera y maestría el interés es simple, es decir no se acumula a la deuda, y no me cobra el gobierno interés sobre interés. El total del préstamo lo recibo al inicio de la carrera y al inicio de la maestría, en los años 1 y 6 del crédito. A partir del día uno del año 8 comienzo a pagar mi deuda.
El primer año me prestan $215,000 y por cinco años se acumulan los intereses de $21,500 anuales. Al fin del quinto año ya debo $322,000.00. Al inicio del sexto año me prestan $280,000.00 para la maestría, y acumulo en los siguientes dos años $49,500.00 anuales de interés. Al terminar mi carrera y mi maestría debo $701,500.00 de los cuales $206,500 son de intereses y $495,000.00 de préstamo.
Una vez que comienzo a pagar, suponiendo mensualidades iguales, mi mensualidad será por quince años y por un importe mensual de $7,538.35. Como en todos los créditos al principio pago casi puros intereses (el primer mes pago $5,845.83 de interés y $1,692.52 de abono a la deuda), y al final los pagos a capital son mucho más fuertes y los intereses mínimos.
Que dura se me presenta la vida para el futuro, apenas estoy consiguiendo trabajo y en México es un triunfo que un joven encuentre trabajo, pues las políticas económicas de los últimos sexenios han sido orientadas a la estabilidad no al crecimiento, y por ello no hay chamba.
Supongamos que conseguí trabajo, seguro cuando menos la mitad de mi sueldo (tengo maestría) se va en los abonos a mi deuda, y el resto, para renta, transporte, ropa y comida. Soy un profesional preparado pero durante 15 años tendré una pesada carga, más allá de las fechas en que me casaré y tendré hijos, así que tengo una dura cuesta por delante, y eso sin considerar que después me voy a embarcar comprando casa, un auto y los bienes indispensables de la clase media, esa a la que pertenezco y que creyó que era un buen proyecto aprovechar el beneficio que aquél presidente Calderón nos ofreció y que pagamos con votos a su partido y candidato.
Hoy me pregunto si no hubiera sido mejor que esos dos mil quinientos millones de pesos fueran para apoyar a las universidades públicas, y así, yo hubiera estudiado en una de ellas, (que no tenían cupo cuando lo busqué), y así hoy comenzaría mi vida laboral sin una enorme deuda que va a durar hasta que yo cumpla cuarenta años.
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