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jueves, 28 de marzo de 2013

ARTICULISTA INVITADO:EDGAR PALMA



A Dios no le interesa la política, a sus pastores si….

                                                   Visión Política



27 de marzo de 2013.-A mitad de la Semana Santa, - y tratando de evitar entrar en polémicas estériles sobre los paradigmas religiosos-, tengo la obligación de ofrecer una explicación sobre el titulo de esta columna, y debo que decir que lo cierto es, que en nuestro país, los jerarcas religiosos –y no sólo de la iglesia católica- han estado vinculados a la vida política, evidenciando un claro interés por los asuntos terrenales sobre los espirituales. ¿Es correcto?, por supuesto que no, porque esta injerencia les ha traído considerables beneficios económicos, que lastiman seriamente al “rebaño” que juraron proteger.

Pero no puedo hacer una afirmación de este tipo sin bases, para ello recurriré a la Biblia; en Lucas 20:20, en donde se señala lo siguiente: “El impuesto del César”. Entonces empezaron a seguir a Jesús de cerca; le enviaron unos espías que fingieron buena fe para aprovecharse de sus palabras y poder así entregarlo al gobernador y su justicia. Y le preguntaron: “Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud, que no te dejas influenciar por nadie, sino que enseñas con absoluta franqueza el camino de Dios. ¿Esta permitido pagar impuestos al César o no?”.  Jesús vio su astucia y les dijo: “Muéstrenme una moneda, ¿De quién es esa cara y el nombre que tiene escrito?”. Le contestaron: “Del César”. Entonces les dijo: “Pues bien, devuelvan al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios”. Con esto no pudieron atraparlo en lo que decía en público, sino que quedaron muy sorprendidos por su respuesta y se callaron”.

Es decir, el hijo de Dios con sus palabras separó los fines de su apostolado, con los objetivos que persigue el Estado, sin embargo, es lamentable poder observar como muchos de sus pastores prefieren las canonjías que les brindan los políticos a cambio de mantener dominado al pueblo. Ahora, vayamos a la historia, y pongamos ejemplos breves; durante la conquista española, fuimos sometidos con la espada y la religión –obvio, una absurda interpretación del apostolado de Jesús a conveniencia de los conquistadores-. Durante la etapa de la inquisición en nuestro país, fueron asesinados y torturados los libres pensadores que no estaban de acuerdo con la acumulación de riquezas por parte de la iglesia, -incluyendo a muchos científicos mexicanos, a quienes condenaron por herejía-. Durante el Gobierno de Benito Juárez y las Leyes de Reforma,  la Iglesia Católica excomulgo al benemérito de las Américas por haber expropiado sus bienes, duro golpe a los interés terrenales de la iglesia –que insisto, nada tienes que ver con el apostolado de Jesús-. Durante, el priismo –antes de la llegada del foxismo- hubo una tensa relación entre el Vaticano y el Estado Mexicano, siendo hasta la llegada de Carlos Salinas de Gortari, cuando las relaciones comenzaron a mejorar.

Durante la campaña electoral de Vicente Fox, -y tratando de emular a Miguel Hidalgo y Costilla-, éste levanto la imagen de la Santa Patrona de México, la Virgen de Guadalupe y le declaro la guerra al PRI, -estrategia mercadológica con excelentes resultados-, mientras que el pueblo mexicano que estaba harto de tanta corrupción e impunidad, observo a un proyecto de político que podría significar el cambio en nuestro país, y lo más importante, era Guadalupano. Mientras que en la administración de Felipe Calderón Hinojosa, las relaciones entre el Vaticano y México parecían insuperables. Sin embargo, tanto el Vaticano, como las iglesias y cultos de otras denominaciones distintas al catolicismo veían como un error la guerra emprendida por Calderón contra el narcotráfico, por eso fue de vital importancia fijar su vista a otro proyecto político. Enrique Peña Nieto.

Para cualquiera que quiera ganar una elección sabe que dentro de un núcleo poblacional se deben tener prioridades, y a los que primero se deben de convencer es a los líderes religiosos –llámese Cura o Pastor-, al maestro, al médico, a los empresarios, a las damas de sociedad, a los lideres de las colonias, y después al pueblo; el PRI lo sabía, y empezó a intensificar su trabajo después de haber perdido la Presidencia de la República, por eso, no fue de extrañarse que tanto Enrique Peña Nieto tuviera una excelente relación con la grey católica mexiquense, sino que el partido tricolor pidió a sus gobernadores, diputados, senadores y alcaldes que hicieran lo mismo,  buscar tener acercamientos con los líderes religiosos, por eso no es de extrañarse que muchas iglesias fueran remodeladas con dinero del erario público, además muchos curas pudieron tener ciertos beneficios económicos para dar cumplimiento con su apostolado, -o lo que ellos quieran entender como tal-.

Este año que hay elecciones para renovar las 212 alcaldías y el Congreso del Estado, tampoco debemos de extrañarnos que muchos políticos se den golpes de pecho, y se consideren como los seres más religiosos del mundo, asistan a la iglesia, -ejemplos sobran y se consignan a diario en las paginas de los periódicos y los portales de internet-, sus esposas utilicen los programas asistenciales –para que con el pretexto de ayudar al prójimo- hagan campañas proselitistas, grave error, porque acostumbran al pueblo a ser holgazán, a que sólo extiendan la mano y reciban dadivas, “porque a las personas, no hay que darles los pescados, hay que darles la red y enseñarlos a pescar”. Por este motivo, -y muchos otros-, me duele saber que mientras que a Dios no le interesa la política, a muchos de sus apóstoles les interesa de sobre manera.

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